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Reportaje:

Atrapados en ruta por una protesta policial

La huelga de celo de los agentes provoca colas de hasta 10 kilómetros en el puesto fronterizo de Andorra

Miraban la pancarta y no entendian nada. ¿Una protesta en la frontera con Andorra? Miles de esquiadores eran ayer la viva imagen de la incredulidad y la sorpresa ante la visión de unos hombres tapados hasta las orejas y una gran pancarta donde se leía: 'Cuerpo Nacional de Policia, ¡dignidad profesional ya!'.

'¿Pero la cola no era por lo de siempre?', preguntaba un hombre de mediana edad a un policia de paisano que le ofrecía una octavilla. 'Sentimos las molestias, pero no nos queda otro remedio'. Más adelante, un policía uniformado pedía al conductor la documentación y comprobaba que estuviera en regla. Eso es lo que prevé el Convenio de Schengen y eso es lo que hicieron ayer los 24 agentes destinados en el puesto fronterizo de Andorra. Esa huelga de celo, que se inició el 18 de febrero y acabará el 4 de marzo, es la primera protesta que convocan en cinco años las seis organizaciones sindicales y provocó colas de hasta 10 kilómetros.

'Yo creo que están en su derecho, pero siempre lo sufrimos los mismos', decía Javier, de 24 años. Los portavoces policiales, por su parte, califican de 'engaño' las promesas electorales que en su día hizo el Gobierno, al que acusan de hacer oídos sordos a sus demandas. El poder adquisitivo de los policías es, según los sindicatos, casi 15 puntos inferior al del resto de los cuerpos de seguridad y la policía local.

Apenas una veintena de hombres arremolinados en torno a la pancarta y las garitas de control de la policía en la frontera pretendían que los automovilistas conocieran esta situación y no dudaban en emplear el clásico '¡solidaridad, compañero!' a la hora de dirigirse a los automovilistas que protestaban por las colas.

Agentes uniformados de la policía reclamando la documentación a cada uno de los vehículos que ayer entraban en Andorra.
Agentes uniformados de la policía reclamando la documentación a cada uno de los vehículos que ayer entraban en Andorra.XAVI PISTRAUS
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