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Salt Lake City 2002 | XIX JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO

La gran familia

Los Juegos reúnen a tantos deportistas que las historias son múltiples. Pero éstos de Salt Lake baten récords. Parecen una gran familia. Desde la abuela que superó un cáncer hasta el padre y el hijo que compiten entre sí o matrimonios que lo hacen por distintos países.

Quizá la mayor gesta personal haya sido la de Anne Abernathy, de las Islas Vírgenes y que en abril cumplirá 49 años. 'Grandma' (abuela) rezaban las pancartas que la apoyaban en el luge (trineos), en el que fue la antepenúltima. Empezó en 1986 y antes de Calgary 88, donde fue 16ª, se le detectó un cáncer linfático, que superó. Pero es que en 2001 venció también, con cuatro meses de tratamiento especial, una grave conmoción cerebral tras golpearse en una prueba de la Copa del Mundo. 'El mío es un deporte peligroso', reconoce, pero matiza: 'No tengo una gran preparación física, mas sí 16 años de experiencia'

Mucho menos tiene, desde luego, la estadounidense Becky Wilczak, de 21 años, que quedó la quinta. Su tragedia es otra: la dura espera que mantiene por un trasplante de hígado a su padre, con el que se abrazó, emocionada, en la meta.

Los Hoeger, Werner, de 48 años, y Chris, de 17, padre e hijo, norteamericanos, han rivalizado en el mismo luge. El joven ganó la batalla particular al ser el 32º, ocho puestos por delante de su progenitor, que ha escrito 38 libros sobre la condición física y el bienestar. En el bobsleigh a cuatro se ha repetido la historia con los Radjenovic, Boris, de 45, y Vuk, de 17, yugoslavos, pero en este caso en el mismo equipo.

El biatlón (esquí de fondo y tiro) y el patinaje han sido otras fuentes de dúos. Los hermanastros alemanes Sven Fischer y Franck Luck se repartieron la plata en dos de las tres pruebas ganadas por el rey, el noruego Ole Reinar Bjoerndalen. El francés Raphael Poirée, aspirante a varios podios, sólo logró una plata el último día y cuando ya casi se conformaba con la de su esposa, Liv Grete, que la ganó para Noruega el primero compitiendo con su hermana Ann Elen, de peor nivel. Un matrimonio mixto. Al revés que el de los esquiadores suecos Magdalena y Henrik Forsberg o el de una decena de parejas de patinadores.

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