Asociaciones estudiantiles y varios profesores anuncian ante el claustro que votarán a Tomás
Barona llama al alumnado a 'no dejarse manipular' en la elección a rector de Valencia
El último claustro de la Universidad de Valencia celebrado ayer, a cinco días de lo que será la primera elección a rector en España mediante el sufragio universal impuesto por la Ley Orgánica de Universidades (LOU), mostró un vigor inusual para un órgano con fecha de defunción. El 'malestar' por esta reforma 'antidemocrática' subió el tono de las interpelaciones a los candidatos, Francisco Tomás y Josep Lluís Barona, que finalmente revelaron dos modelos distintos de gestionar el conflictivo escenario laboral y académico que se avecina. Todos los estudiantes, excepto el BEA, y varios profesores rompieron el silencio y apoyaron la beligerancia de Tomás contra la reforma del PP.
El pulso, hasta ahora soterrado, entre Francisco Tomás -vicerrector de Investigación del equipo rectoral saliente de Pedro Ruiz- y el catedrático Josep Lluís Barona -que fue decano y vicerrector bajo el mandato del rector Ramón Lapiedra- se cerró ayer, a cinco días de la votación del próximo martes 26, con una ligera 'victoria' en favor del primero, al que se había acuñado en ciertos sectores académicos con la etiqueta del 'continuismo'.
La sopresiva ruptura de la 'neutralidad no escrita' por parte de todas las coordinadoras de estudiantes independientes, grupo Valencia Universita (próximo al valencianismo del partido Unión Valenciana) y del segundo sindicato mayoritario, Campus Jove (de talante socialista y de izquierdas) en favor del ex vicerrector Tomás -inmediatamente después de retomar la segunda parte del claustro y una vez oídos los dos programas electorales y las respuestas a las múltiples interpelaciones, sobre todo de los docentes y del personal de administración- provocó un vuelco en el ambiente de 'empate técnico' que prevalecía.
Renovación o continuismo
Barona, que ayer intentó ratificó un programa basado en la 'renovación de ideas y de personas', pero también de los Estatutos aún vigentes y, sobre todo, del modelo de gestión universitaria que aspira a 'separar claramente la gestión de la participación y planificación' bajo la premisa de que 'los rectores no deben ser gestores', no logró, de momento decantar el voto del alumnado, al menos el claustral. Aunque, cuenta con el voto declarado en los actos de campaña del sindicato nacionalista de estudiantes (BEA), que conserva aún la mayoría que logró en la década de los ochenta. El inesperado pronunciamiento del resto de sindicatos estudiantiles a favor de Tomás cobra fuerza si se tiene en cuenta que este estamento, con un censo de 56.000 estudiantes en la Universidad de Valencia, se ha convertido en la llave electoral, gracias al peso porcentual que le otorga la LOU del 26% del voto válido emitido.
Barona respondió al envite con 'una llamada a los estudiantes para que se informen, para que no sean seguidistas y no se dejen manipular'. Pero el pronunciamiento de los estudiantes no fue el único. A éste, le siguieron profesores como Carlos Ferreira, miembro de la comisión de programas doctorales y de tercer ciclo, un área en la que Tomás ha hecho especial hincapié a lo largo de su campaña debido a la precariedad que atraviesa el colectivo de doctores en formación por las escasas becas y las incertidumbres que se avecinan sobre el sistema de promoción y de carrera docente que se avecinan con la entrada en vigor de la LOU.
La LOU y los contratos
El nuevo sistema de contrataciones y de promociones del profesorado docente e investigador (PDI) y del personal de administración y servicios (PAS), que el Ministerio de Educación sólo ha enunciado en la LOU pero no ha desarrollado jurídicamente, fue, con diferencia, el gran caballo de batalla con el que tuvieron que lidiar ambos candidatos. Ambos colectivos reclamaron pronunciamientos claros. La profesora Madalena López, en representación de la sección sindical de la Universidad, pidió garantías de que habrá 'una negociación sindical directa' y de que se minimizarán los efectos negativos de la LOU sobre los docentes no funcionarios. Barona se centró en la 'revalorización de la carrera docente', en que 'todos los profesores tengan un ordenador en su mesa' y garantizó una 'participación' en la reforma administrativa y en todo lo que afecte a las nuevas relaciones contractuales. Sin embargo, fue Tomás quien, públicamente, se comprometió a presionar a la Administración valenciana para que abra una Mesa Sectorial de Universidades -la Comunidad Valenciana es prácticamente de las pocas donde no se ha hecho- y adelantó la intención de su equipo rectoral de diseñar una propuesta propia de la Universidad de 'carrera no funcionarial'. Por su parte Barona prometió que trabajará por 'la profesionalización' y por 'un PAS bien cualificado'.
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