La comunidad universitaria despide al rector Pedro Ruiz Torres en pie y con una larga ovación

Fue el aplauso más largo. El claustro de la Universidad de Valencia rindió ayer una larga y cálida ovación al rector Pedro Ruiz Torres, que deja su cargo tras ocho años de una intensa y combativa gestión al frente de la institución superior más antigua de la Comunidad Valenciana, y en un periodo en que las relaciones con los Gobiernos central y autonómico del PP han estado marcados por el divorcio. Ruiz, que participó por última vez en calidad de presidente, solamente rompió su silencio para agradecer a ambos candidatos su apuesta por la participación en la vida democrática de la institución y para recordar que 'se podrán hacer muchas campañas, pero si no hay una implicación de todos será muy difícil'. Ninguna mención a las frases hechas o dichas en campaña contra el 'continuismo' atribuido a Francisco Tomás por haber participado en su equipo; ni a la polémica en la que se han enraizado ambos equipos, al reprochar a Barona la declaración de que: 'Un presidente de la Generalitat no puede suplantar a un rector, pero un rector tampoco puede suplantar al presidente'.

Esta expresión provocó en la sesión de ayer uno de los momentos más tensos, cuando el decano de Derecho, Juan Carlos Carbonell, reprochó a Barona el talante empleado al explicar su intención de rehacer las maltrechas relaciones con la Generalitat Valenciana. 'No es posible hablar de equidistancia con la Administración y decir que la Universidad ha tenido la culpa', aseveró. 'La pregunta que habría que hacerse es: ¿qué hemos hecho mal? ¿Pedir que se desbloqueen los Estatutos de la Universidad, que aún mantiene parados después de dos años y de una sentencia judicial que le ordenan a publicarlos? ¿Habría ido usted [de cara a Barona] a recoger la Medalla del Consell en estas circunstancias?', le espetó el decano, quien aclaró que su candidatura no renunciará jamás a 'ejercer la crítica, cuando sea necesaria, porque ése es y ha sido el espíritu de la institución'. Barona, por su parte, respondió que las palabras de Carbonell sobre 'las aversiones inquebrantables me recuerdan a otras época'.