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Reportaje:

Energía en el campo

Una empresa desarrolla una máquina para aprovechar de forma rentable residuos del olivar

Si todo el material de desecho que produce el olivar de Jaén se reutilizase para transformarlo en energía, la provincia sería autosuficiente e incluso generaría excedentes. Anualmente, el cuidado del olivar produce más de un millón de toneladas de ramón y más de 300.000 de madera. Estos materiales son uno de los recursos biomásicos sobre los que se habló ayer en la demostración de maquinaria organizada en Villanueva de la Reina por el Ministerio de Agricultura con la colaboración de la Consejería de la Junta y la Diputación de Jaén.

El presidente de la Diputación, Felipe López, destacó la tecnología presentada por la empresa Trabisa, que hace rentable el aprovechamiento de la biomasa. Francisco García y Antonio Gadea son los investigadores de esta empresa y, durante los últimos cinco años, han trabajado en la construcción de maquinaria adecuada para la recogida de ramas procedentes de las podas, la compactación y el traslado hasta un planta de transformación en la que ya salen los productos finales, como pueden ser los tableros de aglomerado.

Sólo el proceso que ha puesto en marcha esta empresa supone una reducción de costes de 10 a 1, lo que implica hacer rentable un proceso que hasta ahora era excesivamente caro.

Francisco García explicó que la recogida de ramas y el transporte en un radio de cinco kilómetros suponía un coste de entre 14 y 15 pesetas el kilo. Con la nueva maquinaria, el precio se reduce a dos o tres pesetas. Con la nueva maquinaria, en dos horas, la empaquetadora carga con 12.000 kilos un camión. 'Ya, así, es rentable el aprovechamiento de residuos porque el coste no supone un encarecimiento que deje de hacer competitivos los productos', resaltó García.

La demostración se realizó en la finca Her Mejor, de la que es director Hermenegildo Romero.

Los olivareros, además de comprobar el funcionamiento de 57 maquinarias y equipos de tecnología avanzada, también visitaron la almazara situada en esta finca. Se trata de una construcción única en el mundo, con un diseño personalizado, que mantiene estructuras piramidales basadas en la pirámide de Keops de El Cairo (Egipto). Romero explicó que se trata de unas instalaciones innovadoras en el sector, ya que se ha construido una almazara con el concepto de tradición más ancestral en la producción mezclada con la tecnología más moderna.

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Hermenegildo Romero recuerda la cara de asombro de las personas que visitan las instalaciones y observan las pirámides de cristal. El sector, aseguró el director de Her Mejor, está maravillado con las nuevas tecnologías aplicadas al tradicional mundo del olivar. Y por las inversiones, de momento, no hay excesivos problemas. 'Se sabe que el futuro va por ese camino, no hay más vuelta que ese', comentó.

Proyectos e inversiones

La exhibición de maquinaria celebrada ayer en Jaén contó con 17 dedicadas al tratamiento del ramón, 12 a la recogida de la aceituna del suelo, 11 podadoras, ocho destinadas a los tratamientos con productos agroquímicos, seis para el control de la cubierta vegetal y la limpieza de ruedos, dos limpiadoras de aceituna en el campo y un compactador. Las empresas participantes son principalmente españolas, cinco de ellas jiennenses, aunque también estuvieron firmas italianas y alemanas, además de una portuguesa, una finlandesa y otra japonesa. Hasta ahora lo que hay para el aprovechamiento energético de los productos derivados del olivar son proyectos. La Diputación de Jaén ha realizado dos para la puesta en marcha de la planta de biomasa de Villanueva del Arzobispo y la planta de cogeneración eléctrica de Puente de Génave. También ha elaborado un informe sobre el potencial de la biomasa del sector oleícola en Jaén, donde se realiza un análisis, un diagnóstico y se muestran estrategias de valorización de estos productos. Lo que sí se ha transformado realmente es la mecanización en la recogida de la aceituna. Hace apenas una década la recolección se hacía exclusivamente a mano. Ahora, en el campo se oye el ruido de las máquinas haciendo el trabajo de varios hombres desde las ocho de la mañana hasta que cae el sol. Con un presupuesto de tres millones de pesetas, a los que hay que sumar otros seis del tractor, un olivarero habilita una vibradora que agarra los troncos del árbol y los agita hasta que ha caído la última aceituna. Si a mano cuatro personas tardan diez minutos en hacer caer el fruto de un olivo que dé 60 kilos en una cosecha, con la vibradora se tardan tres con un trabajador menos. La introducción de maquinaria supone una reducción en mano de obra y un mayor aprovechamiento del tiempo, por lo que la opción de los propietarios de olivos no deja lugar a dudas: inversión en nuevas tecnologías.

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