El Ayuntamiento prevé que los parquímetros disuadirán a 125.000 vehículos de ir al centro
Los visitantes podrán aparcar dos horas y luego tendrán que cambiar el coche de sitio
Aparcar el coche en el centro será más difícil a partir del próximo septiembre. El Ayuntamiento prevé que, con el nuevo sistema de parquímetros, 125.000 personas dejarán el coche y optarán por el transporte público para trasladarse a la almendra central. A fin de disuadir a quienes usan el vehículo privado para acudir a esta zona de la ciudad, el gobierno local tomará dos medidas: destinar el 70% de las plazas de aparcamiento a los residentes e impedir a los visitantes estacionar durante más de dos horas. La oposición exige que la gestión de los parquímetros sea pública.
La implantación de los parquímetros, que lleva siete años de retraso, quedará aprobada en el próximo pleno municipal, que se celebrará el jueves. A partir de entonces, las empresas privadas que quieran optar al concurso tendrán un mes para presentar sus candidaturas. La concesión será por 11 años y el Ayuntamiento tendrá que pagar un canon anual de 17 millones de euros (2.828 millones de pesetas) a cambio del servicio. La Concejalía de Hacienda no prevé que el Consistorio recupere esa cantidad de dinero con la recaudación de los parquímetros. En septiembre, o en octubre como muy tarde, los parquímetros, en una primera fase de la instalación (ver gráfico), sustituirán al actual sistema de aparcamiento regulado (ORA), implantado a mediados de los ochenta y cuya ineficacia ha quedado demostrada. Pocos residentes compran la tarjeta y los no residentes aparcan impunemente en las zonas acotadas.
Ahora, el Ayuntamiento prentende poner fin a esta impunidad. 'Lo que queremos es que la gente deje de usar el coche para ir al centro. Con los parquímetros, al menos 125.000 conductores dejarán su vehículo en casa y optarán por desplazarse en transporte público', aseguraron fuentes de la Concejalía de Tráfico. Alrededor de medio millón de automóviles entran todos los días en la zona centro desde la periferia.
Para el PSOE e IU, que han anunciado que votarán en contra de los parquímetros en el pleno, la concesión del sistema por 11 años a las empresas privadas es 'inadmisible'. El grupo municipal socialista presentó ayer una propuesta para que una empresa municipal gestione el sistema de parquímetros y se ocupe también de los aparcamientos de residentes.
- Plazas. En la actual zona ORA habrá en octubre 40.000 plazas con parquímetro y, en dos años, el sistema se ampliará a otras zonas de la capital hasta llegar a las 120.000 plazas de aparcamiento (ver gráfico). En la primera fase habrá 800 máquinas de parquímetro. Éstas llegarán, en principio, por el norte hasta la plaza de Castilla; por el este, hasta Ventas; por el sur, hasta Palos de Moguer, y por el oeste, hasta la Casa de Campo.
- Residentes y visitantes. Los bordillos de las calles se pintarán de dos colores: el verde para los residentes en el barrio y el azul para los visitantes. El 70% del territorio controlado por los parquímetros será para los residentes, y el resto, para los conductores de paso. Los visitantes sólo podrán aparcar durante dos horas en su zona y una hora si dejan el coche en zona para residentes. Los residentes no tendrán limitación de tiempo, pero no podrán aparcar en zona de visitantes. Este porcentaje variará, según la Concejalía de Tráfico, dependiendo de cómo funcione el sistema.
Si un automovilista se olvida de retirar el coche, gozará de media hora de tolerancia. Dentro de ese tiempo, podrá llevarse su vehículo tras pagar una multa de tres euros (500 pesetas). Si en media hora el conductor no aparece, la que llegará será la grúa.
- Precios. Tráfico prevé que los precios no superen los de la ORA. Así, una hora de aparcamiento costará medio euro (83 pesetas), y la tarjeta anual para residentes, 21,5 euros (3.575 pesetas). Se admite tarjeta de crédito.
- Horarios. El horario será, los días laborables, de 9.00 a 20.00, y los sábados, de 9.00 a 15.00. Los domingos, el sistema de parquímetros no funcionará.
- Vigilancia. Para la primera fase habrá 600 vigilantes privados. Los tiques tendrán un chip. Con un lector óptico, el vigilante sabrá si el vehículo lleva más tiempo estacionado del permitido. Pero la sanción deberá ponerla siempre un policía municipal.
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