Un día en la antesala del éxito
EL PAÍS acompañó a tres aspirantes a presentador del Canal Operación Triunfo en la semifinal de la selección
Martina, Artur y Javier nacieron para hacer felices a sus congéneres. Están convencidos de ello. Así que han entregado sus cortas vidas a lograrlo haciendo lo que mejor se les da: teatro. Martina, de 22 años, en un grupo de actores aficionados; Artur, de 25, con algún que otro papel en anuncios y doblaje, y Javier, de 20, vistiéndose de payaso y divirtiendo a los niños en cumpleaños, bautizos y comuniones. El siguiente objetivo de los tres es conseguir que el mayor número posible de personas disfruten con su gracejo, luego, qué mejor que dar el salto a la televisión. Se enteraron de que se buscaba un presentador y una presentadora para la oferta temática Operación Triunfo (OT), de Canal Satélite Digital, y hace unas semanas acudieron a la selección que se convocó en Madrid y Barcelona. Los tres salieron airosos y el pasado miércoles se sometieron en la Academia de Operación Triunfo, junto a otros 44 chicos y chicas de toda España, a nuevas pruebas, las de la fase semifinal. EL PAÍS los acompañó durante su estancia de un día en la antesala del éxito.
Artur es un profesional del 'casting'. Ha llegado a presentarse a 15 en una semana
Martina Rubio y Artur Palomo son de Barcelona. Nada más llegar a la Academia tuvieron el presentimiento de que se conocían, aunque estaban seguros de que jamás habían intercambiado palabra. De modo que cuando, a eso de las diez de la mañana, entraron por fin en el sanctasanctórum de Operación Triunfo ya tuvieron tema de conversación. 'Tu cara me suena', le dijo ella. 'Pues, a mí, la tuya, también', respondió él. Y hasta que la memoria no les retrotrajo a los pasillos de la escuela de danza de Coco Comín pasó un buen rato.
Ahí, en la cocina donde tantas veces hemos visto comer a Bisbal, a Rosa, a Manu y a los demás, y que sirvió de sala de espera a los candidatos a presentar el Canal OT, se masticaba la tensión. Unos hacían pasar los nervios recitando los textos que la productora Gestmusic les había encargado que se estudiaran; otros se contaban sus respectivos currículos, y los más se devoraban las uñas. Mientras, Martina y Artur hablaban por los codos para relajarse. Él, un tipo menudo, inquieto y extrovertido, era de lo más famoso entre la peña. Tiene su explicación: Artur es un gran profesional del casting. Ha llegado a presentarse a 15 audiciones en una sola semana. 'No vayas a creer que eso es una ventaja: da tablas, es verdad, pero las cosas pueden salirte mal igualmente', se justificaba horas antes de entrar al plató, donde Àngel Llàcer y Javier Castillo, Poty, profesores de la Academia; el director de Operación Triunfo, Tinet Rubira, y uno de los productores, Joan Ramon Mainat, examinaban a los sufridos aprendices de estrella mediática.
Hablaba Artur con conocimiento de causa. Las cosas le salieron fatal cuando se presentó al casting de concursantes de Operación Triunfo, primera edición, y lo rechazaron. 'Al principio, le cogí manía a Bustamante y al espacio, pero me fui enganchando, y ahora hasta me he encariñado con el de San Vicente de la Barquera'. Lo tiene claro este comediante nato: si no lo fichan para el Canal OT se volverá a presentar a la nueva selección.
Martina es una loca del baile, le gusta patearse pueblecitos del Pirineo leridano y se declara fan impenitente de Operación Triunfo. 'Mi padre nos amenaza a mis dos hermanas y a mí con que nos va a requisar CSD', confiesa esta morenaza parlanchina. Le hace una ilusión enorme que la elijan para presentar OT, pero si no tampoco piensa hundirse. Total, ya tiene trabajo: es ayudante de dirección en una productora de vídeos educativos.
Llega la hora de comer y aún no los han llamado. El hambre arrecia, y Gestmusic les pone un minibús y los conduce a un restaurante. Allí, coinciden con los candidatos de fuera de Barcelona. Javier Amaro, entre ellos. Un guaperas, muy educado, con una mirada azulísima y cierto parecido a Javier Bardem, nacido en Madrid y residente en Sevilla. Le encanta imitar voces: sus creaciones más lucidas son ahora Boris Izaguirre y la duquesa de Alba. Ya en la Academia, entretiene la espera parodiando al marciano y a la aristócrata.
El primero en ser reclamado es Artur. Àngel Llàcer lo recibe con una broma. 'Palomo, yo me lo guiso...'. Y el examinado, en plan divertido: 'Yo me lo como'. Y el hielo se rompe, y todo sale rodado: la entrevista a Poty, la canción, la retransmisión... Martina le sigue. Está nerviosa. Pide agua. Se le escapan frases en catalán. Sólo al final, con el baile, se suelta. Al rato, entra Javier. Le piden que imite a Bustamante, a Rosa, a Chenoa y a Bisbal. Genial.
Artur y Javier lo consiguen. Están entre la docena de finalistas. 'Ya se me han ido las mariposas del estómago', respira Artur. 'Como experiencia ha sido única', asegura Javier. A Martina la suerte no la ha acompañado. 'No importa', sonríe, 'me lo he pasado muy bien'. Otra vez será.
El éxito de Operación Triunfo también salta fronteras. Toni Cruz, uno de los productores junto a Josep Maria Mainat, ha asegurado en una entrevista a Efe que 50 países se han interesado ya en la adquisición del programa. Entre ellos casi todos los de la Unión Europea y algunos de Suramerica y Norteamerica. 'Acabamos de recibir una oferta de China y de Vietnam', añade.
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