El líder de UGT tacha de 'delincuentes' a los directivos de Lear
Las poblaciones de Cervera y Deltebre se echaron ayer a la calle. En Cervera, para oponerse al cierre de la empresa Lear, donde trabajan 1.280 personas. En la población leridana, que tiene 8.000 habitantes, 4.000 personas criticaron a la multinacional y al Gobierno catalán por haber dado por hecho el cierre. En Deltebre, 25.000 personas tomaron pacíficamente el centro de la población para oponerse al trasvase de agua del Ebro previsto en el Plan Hidrológico Nacional. Fue la mayor manifestación de las realizadas hasta ahora en las comarcas del Ebro. El éxito de ayer refuerza la manifestación de Barcelona, prevista para el 10 de marzo.
La jornada de lucha se inició en el polideportivo de Cervera con una asamblea masiva de trabajadores en la que éstos expresaron su postura de no rendirse y luchar por la continuidad de la factoría. La presidenta del comité de empresa, Rosa Palau, informó sobre la situación después del primer encuentro con responsables de la empresa y pidió la colaboración de todos los afectados en el momento de defender los puestos de trabajo. 'Que vean que en Lleida no nos quedamos con los brazos cruzados', dijo entre las aclamaciones de los asistentes. 'Sabemos que la fábrica se cerrará y tendremos que asumir esa realidad, pero que no piensen que nos iremos sin dignidad y aceptando cuatro duros. Ahora exigimos a la Generalitat y a todas las fuerzas políticas que cuando cierre Lear tengan otras empresas preparadas porque lo que queremos no es vivir del cuento, sino trabajar'.
La manifestación, que discurrió sin incidentes, estaba encabezada por una pancarta llevada por seis niños en la que se podía leer: 'No nos rompáis nuestro futuro'. A continuación iba otra pancarta, que llevaban todos los miembros del comité de empresa, con el lema: 'Lear, nos habéis traicionado'.
La protesta finalizó en la plaza Mayor con varios parlamentos. El primero en intervenir fue el alcalde de Cervera, el convergente Salvador Bordes, quien reiteró las quejas por el trato recibido por la multinacional y volvió a exigir a la Generalitat que aplique la normativa vigente y no acepte ningún expediente de regulación si no existen argumentos para ello. 'Si no lo ha hecho todavía es porque no los tiene', afirmó Bordes.
En la marcha participaron diputados de todas las fuerzas políticas y más de una veintena de alcaldes de poblaciones afectadas por el posible cierre de la fábrica de Cervera (Segarra), entre ellos los de Lleida, Cervera, Tàrrega, Bellpuig, Mollerussa y Balaguer.
El secretario general de CC OO, Joan Coscubiela, dijo que la lucha iniciada será larga y apeló a la unidad de trabajadores, sindicatos e instituciones 'para defender los puestos de trabajo y obligar a la empresa a tratarnos como personas'.
Mucho más duro se mostró el máximo responsable de UGT, Josep Maria Àlvarez, cuando calificó de 'delincuentes' a los directivos de Lear y censuró a la Generalitat por no haber reaccionado a tiempo para evitar la crisis. El sindicalista reclamó un plan de desarrollo industrial para todas las comarcas de la plana de Lleida afectadas por el cierre de Lear.
Durante la manifestación también se lanzaron críticas por el viaje del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a Polonia, curiosamente el país al que Lear quiere trasladar una de las líneas de producción de la planta de Cervera. El alcalde de Lleida (Segrià), el socialista Antoni Siurana, declaró que el viaje de Pujol le parecía un chiste de humor negro que le provocaba 'una sonrisa muy amarga'.
El conseller en cap, Artur Mas afirmó que la Generalitat 'procurará' que ninguno de los trabajadores de Lear se quede sin trabajo, informa Sílvia Marimon. Mas ve lógica la 'inquietud' de las 1.280 personas que pueden quedarse sin trabajo si cierra la planta.
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