Inversión récord de REE en un año de apagones
La operadora, que aguarda cambios en su accionariado y diversifica sus actividades, ganó 91,1 millones de euros en 2001
Que cada palo aguante su vela. Red Eléctrica Española (REE), en plena marejada del sector, inmersa en críticas por los apagones y en plena batalla de las compañías con los reguladores para mejorar sus ingresos, ha incrementado su resultado neto en un 9,5% en 2001, el primer ejercicio en que consolida las cuentas de su filial de telecomunicación, con unas inversiones récord de 139,6 millones de euros destinadas a mejorar y ampliar la red de transporte de alta tensión.
'Hemos puesto en marcha en 2001 más kilómetros de red y más subestaciones que ningún país europeo', señala Pedro Mielgo, presidente de REE. 'Hemos completado la reestructuración del control del sistema con la creación de un segundo centro de operaciones, alternativo al principal, que asegure el funcionamiento de la red ante cualquier emergencia, y vamos a seguir realizando las inversiones previstas en los próximos años para ampliar y mejorar redes e interconexiones con países vecinos'.
En REE quieren dejar claro, ante las críticas por los apagones e interrupciones del suministro eléctrico, que ellos están cumpliendo sus deberes e invirtiendo (un 53,1% más que en 2000 en mejora de la red); pero evitan cuidadosamente responsabilizar de la situación a las eléctricas o a la Administración, que controlan su consejo de administración. Y más tras la filtración a la prensa de su plan de cobertura de potencia para enero y febrero, en el que se subrayaba que 'la situación por la que atraviesa el sistema es realmente grave, siendo alta la probabilidad de un fallo de suministro'.
El gestor técnico del sistema matiza que sus planes de cobertura, que se elaboran todos los meses, contemplan desde los escenarios más realistas a los más extremos, y que en ellos se proponen distintas soluciones. Mielgo, además, quitaba esta semana hierro a las hipótesis más pesimistas: 'Salvo catástrofe, no es previsible que se repita una interrupción del suministro' a amplias zonas, como la que ocurrió el 17 de diciembre, a partir del próximo invierno. 'A lo largo de este año van a entrar en funcionamiento siete centrales de ciclo combinado , y, además', señala, 'tendrían que repetirse las adversas condiciones climatológicas de los últimos meses'.
Distribución y generación
El presidente de REE, que celebra el que los consumidores sean cada vez más exigentes, dice que hay dos problemas distintos: los apagones cortos en zonas concretas y momentos determinados, y las interrupciones más amplias. Los primeros se deben a problemas en la distribución, fruto de condiciones meteorológicas (tormentas, por ejemplo) o de retrasos burocráticos que han impedido ampliar a tiempo las líneas, y su incidencia (se mide por tiempos medios de duración del corte) no es mayor que en otros países europeos.
Junto a este problema, hay otro de mayor calado y que corresponde a la generación y a la capacidad para atender la demanda. 'En los últimos cinco años, el PIB ha crecido en España un 18%, y la demanda de energía un 32%, la más alta de Europa, que llega al 39% en las horas punta', señala Mielgo para enmarcar la situación en que nos encontramos. Partíamos de cifras más bajas de consumo por habitante que otros países, pero en los últimos años éste se ha disparado hasta el punto de superar a Italia en el año 2000. Este crecimiento explica que hayamos pasado de un margen de capacidad de generación para atender las puntas de demanda del 25%-30% al 10% raspado actual, pero que se va a incrementar con las nuevas centrales de ciclo combinado. 'Es un margen suficiente para que un sistema eléctrico bien diseñado opere sin problemas. Debe moverse entre el 10% y el 15%, superar esta última cifra supone mayores costes de financiación que al final acaban repercutiendo en el consumidor', señala el presidente de RE.
La preocupación por esta situación, sin embargo, llevó al Ministerio de Economía a redactar un Acuerdo de Consejo de Ministros, a finales de enero, por el que se autorizaban transitoriamente 'medidas excepcionales para garantizar la seguridad del suministro eléctrico'. El acuerdo finalmente no fue aprobado porque, en opinión de Mielgo, 'REE cuenta ya con atribuciones y medios para garantizar esa seguridad del suministro'. Otras fuentes, sin embargo, atribuyen a las presiones de las eléctricas en torno a las compensaciones a recibir por las nuevas obligaciones el fracaso de la iniciativa.
En cualquier caso, como se observa en el cuadro adjunto sobre evolución de puntas de demanda, éstas se producen tras largos periodos de sequía, buena parte de la producción es hidráulica, y se han resuelto con la vuelta de las lluvias y con inversiones en centrales que operan con otras energías. La diferencia en el momento actual, dicen los analistas, es que hace poco que ha empezado a llover menos, que llevamos cinco años de fuerte aumento de la demanda y que en todo ese periodo las compañías han invertido poco en aumentar su capacidad de generación.
REE se ve un poco entre la espada y la pared en este tema. Las eléctricas están en su consejo de administración en representación del 40% del capital, y, aunque la entrada de nuevos operadores en el sistema como Viesgo, Repsol o los que vengan, pueda obligar a redistribuir ese paquete accionarial -disminuyendo la participación individual de cada uno-, siempre actuará como mayoría cohesionada a la hora de defender sus intereses sectoriales. Mielgo dice que es bueno que estén los generadores en RE, pero comenta que la legislación en el Reino Unido, en vez de limitar como aquí su participación conjunta en el accionariado del gestor del sistema eléctrico, limita la participación individual de cada uno al 1% del capital.
REE, cuyo beneficio por el transporte de electricidad lo fija el Gobierno, tiene también en su consejo a la Administración (la SEPI cuenta con el 28% de REE, que deberá reducirse al 10% a finales de 2003). Mielgo confía en que esta reducción del paquete de la SEPI otorgue más liquidez y visibilidad al valor en Bolsa (su capital flotante actual se circunscribe al 31,5%) y que los negocios de telecomunicación y fibra óptica, su filial Albura, y sus actividades internacionales diversifiquen sus ingresos y, en definitiva, le otorguen mayor grado de independencia.
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