Iniciativa incluirá en su programa el grueso de las demandas antiglobalización
Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) quiere convertirse en el principal referente del movimiento antiglobalización en Cataluña, en cuyo seno se encuentran, no obstante, muchas organizaciones que recelan de los partidos políticos tradicionales. La séptima asamblea de la formación, que se clausura hoy en Barcelona, ha incorporado en su esbozo de programa electoral el grueso de las demandas de estos grupos e Iniciativa buscará la fórmula para su aplicación en Cataluña a través de un eventual gobierno de la 'izquierda plural'.
Aparcados los asuntos peliagudos -como el debate sobre una alianza electoral con Izquierda Unida (IU) y Esquerra Unida i Alternativa (EUiA)- y sin ni siquiera la necesidad de negociar cuotas en candidatura alguna -puesto que no se renueva la dirección-, la asamblea de Iniciativa se parece más a un encuentro entre amigos que se citan para divertirse que a un congreso clásico.
Los delegados, divididos en comisiones, debatieron un rato las propuestas que incluirán en el programa electoral -pero que no aprobarán hasta dentro de medio año-, escucharon las cálidas salutaciones de una quincena de invitados -entre las que sobresalió la del secretario general de Comisiones Obreras, Joan Coscubiela, que se deshizo en elogios hacia el partido- y vieron todos juntos la película És possible un món diferent, una producción italiana sobre las manifestaciones antiglobalización del año pasado en Génova, donde un joven italiano falleció por los disparos de un agente de policía.
La elección de la película no fue casual. Iniciativa pretende llevar a las instituciones algunas de las demandas emblemáticas del movimiento antiglobalización, y en varias comisiones se abordó cómo incorporar en el programa electoral algunas medidas. Entre otras, Iniciativa recogerá en su programa para las autonómicas medidas de apoyo al comercio justo -que garantiza que los productos se han elaborado bajo determinados criterios sociales y ecológicos-, la banca ética, la tasa Tobin -un impuesto sobre las transacciones financieras especulativas-, la renta básica -un salario para todos los ciudadanos- y los presupuestos participativos, inspirados en la experiencia de Porto Alegre (Brasil), donde las inversiones se deciden en un proceso en el que participan miles de ciudadanos.
Todas estas propuestas han sido lanzadas en los últimos años por los llamados nuevos movimientos sociales, a los que Iniciativa pretende representar en las instituciones. Esta apuesta por lo nuevo, sin embargo, tuvo ayer su contrapunto en la prolongada ovación que el plenario dedicó a Santiago Carrillo, ex secretario general del Partido Comunista de España (PCE), quien asistió a la asamblea como invitado. El veterano político, de 86 años, tuvo a principios de la década de 1980 enfrentamientos virulentos con la dirección del PSUC, el predecesor de Iniciativa, pero ayer estrechó manos con decenas de ex camaradas acompañado de Antoni Gutiérrez Díaz, ex líder del PSUC. Carrillo, que no milita en ningún partido, consideró a Iniciativa como 'una continuación del PSUC eurocomunista'.
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