'No podrán clonarme'
El primer café con leche de la Ciudad Deportiva del Real Madrid se lo toma Fernando Hierro (Vélez-Málaga, 1968) y lo acompaña con una tostada con aceite de oliva. Es el primer jugador en llegar tras dejar a sus hijos en el colegio, sobre las 9.30, y es el último en abandonar el recinto, pasadas las 14.00. El traje de raya diplomática y los zapatos italianos adornan una percha de defensa central que ya es un icono del fútbol español. Hoy podría reaparecer, ante el Athletic, tras una luxación de clavícula que le ha tenido un mes de baja.
Pregunta. ¿Qué clase de temporada es ésta?
Respuesta. Es un año de presión porque es nuestro centenario y porque desde el primer momento el club se ha encargado de decir que quiere tres títulos. Y la presión es bonita.
'El más futurible, el que tiene unas características muy buenas como central, es Iván
P. ¿No se asusta cuando ve la dependencia que tiene el equipo de usted?
R. Lo tomo con naturalidad. Pero un equipo como el Madrid tiene que tener plantilla suficiente como para que no se eche en falta a nadie.
P. ¿Qué aporta usted al equipo?
R. Yo soy un defensa atípico. Como defensa no tengo unas características idóneas para un central, en el plano defensivo. Lo que pasa es que tengo otras características que no son las de un defensa normal: sacar el balón de una forma, entender el juego y entender la demarcación de una forma totalmente diferente. Después de 13 años, posiblemente el equipo se haya acostumbrado a lo que hago. No hay dos jugadores parecidos. Si la gente intenta que en el Madrid en el futuro haya un jugador como yo, se va a confundir. No podrán clonarme.
P. Dice que le faltan condiciones para defender.
R. Yo me he adaptado a ser defensa a base de equivocarme. He sido muy pesado, cada día he intentado ser mejor, ver más partidos, más vídeos, y ser más exigente conmigo mismo. En los momentos malos me veo mucho en vídeo. Veo mis errores porque los defectos se pueden corregir. Las virtudes son naturales.
P. Pero el cuerpo le tira hacia adelante, como a Helguera.
R. Mi mentalidad no ha sido la de un defensa. Y posiblemente yo vea a Iván [Helguera] como un futurible dentro de la demarcación de central. Quizá él tampoco se sienta un central, pero muchas veces no te queda más remedio que aceptar que venga un entrenador y te cambie. A mí también me gustaba jugar en el medio campo hasta que vino Jorge [Valdano]. Y como nos gusta jugar por encima de todo... Posiblemente el más futurible, el que veo con unas características muy buenas como central, es Iván. Es un jugador que en esa demarcación, dentro de un futuro, le dará al Madrid un gran rendimiento.
P. ¿Qué hay que tener para jugar en ese puesto?
R. Primero, tienes que saber defender; segundo, tener un criterio con el balón. Helguera es alguien con un juego aéreo y una salida del balón importante Con él, con Pavón, con Rubén y con Aitor [Karanka] el Madrid tiene el puesto asegurado.
P. ¿No cree que Pavón le necesita más que nadie?
R. Lo que ha hecho Pavón ha sido más complicado de lo que la gente cree. Es un chico muy frío. Es muy maduro para lo joven que es. No le ves hacer cosas extrañas fuera de su profesión. Se ha hecho un buen trabajo en la Ciudad Deoportiva. Porque todos los chavales que han debutado con el primer equipo han dado un rendimiento extraordinario, sobre todo cuando la exigencia era mayor.
P. Una de sus señas de identidad es la salida del balón, la que el Madrid tanto echa en falta cuando usted no juega. ¿Cómo desarrolló esa característica?
R. Es algo que va con mi forma de jugar desde juvenil. Me ayuda el hecho de que hasta los 19 años jugaba de media punta. Haber jugado 20 o 25 metros más adelante me ayuda a pensar como un delantero, me ayuda a anticiparme, a intuir. Cuando sacas el balón, la responsabilidad no es sólo del que lanza sino del que recibe. Y jugar en el Madrid, al lado de estos tipos..., hace que sacar el balón sea mucho más fácil. No me quito méritos, pero no me gusta hablar de mí porque entiendo que todavía me queda vida deportiva. El día que lo deje y me vaya a mi casa diré cosas. Hay cosas que ahora son secreto profesional. Seguro que un día digo: '¡Ah, mira! ¡Siempre me he equivocado en lo mismo y me doy cuenta ahora!'. Capello decía que hasta un día antes de retirarte puedes mejorar. Yo le preguntaba: '¿Puedes mejorar a los 34 años?'.
P. ¿Cree que su juego se ha hecho más duro con el tiempo?
R. A los que hablan de la dureza les digo, primero, que tengo que defender mi parcela. El que lo quiera entender que lo entienda y el que no... Mi equipo tiene que ganar y para eso utilizo todas las artimañas para que el contrario no marque. A ver quién puede levantar la mano en este país y decir que yo he lesionado a alguien. Nadie. ¿Quién puede levantar la mano y decir que nunca hizo una entrada dura? Nadie. Y recibo críticas. Pero el fútbol me respeta y con eso me vale. Hay quien necesita verse todos los días y que todo el mundo le lea, le alabe y le escuche en todos los sitios. Yo sólo quiero estar orgulloso conmigo mismo.
P. ¿Estudia a los rivales?
R. Sé quién es quién, sus virtudes y sus defectos. Sé con quién voy a enfrentarme. Porque, como defensa, mi obligación es que el delantero no explote sus virtudes. Al rápido que no es hábil hay que déjale coger el balón y no darle la espalda. Al hábil no hay que dejarle coger el balón. Así le llevarás por donde tú quieres. Si aprovecha su poder, tú, como defensa, estás muerto porque en el Madrid hay mucho espacio.
P. ¿Hace diez años ordenaba tanto en el campo como ahora?
R. He hablado más con el paso del tiempo, pero, como defensa central, estás obligado a hablar. Cuando juegas 25 metros más adelante, ves menos campo y no te preocupa tanto que todo funcione de determinada forma. Atrás ves mucho más los movimientos colectivos... Pero eso de hablar y no callar durante los 90 minutos lo cogí de Rafa Alkorta. Un grande.
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