'El documental está infravalorado en España'

Yolanda Mazkiaran (Alsasua, 1965), licenciada en Filología inglesa y máster en Dirección de Cine, siempre ha sentido predilección por los personajes marginales y los límites de la locura. Basta con fijarse en los títulos que firma como directora o productora: Hide and Jekyll, Locos, Homeless in London (Vagabundos en Londres). Mazkiaran presentó recientemente sus trabajos en la casa de cultura Larrotxene de San Sebastián, dentro del ciclo Charlando con, que propicia el encuentro de realizadores con estudiantes o aficionados al cine.

Pregunta. La locura figura como un tema recurrente en su filmografía, ¿es casualidad o le interesa?

Respuesta. Me interesa oír a los que no tienen voz, a personajes marginales que no aparecen en los medios. Pero además, la locura es un tema que me ha fascinado y me ha inspirado siempre porque está muy ligado a la creatividad. ¿Dónde está el límite para bordearlo sin pasarlo? El cine tiene mucho de locura.

P. Y le llevó a conocer a Leopoldo María Panero.

R. Le escribí una carta diciéndole que estaba haciendo un documental sobre la locura. Y durante seis meses grabé las conversaciones que mantuvimos en el psiquiátrico de Santa Águeda, en Mondragón. Él me ayudó a dar forma a esa idea abstracta que tenía en mente para el documental. Después escribió el guión de Hide and Jekyll, corto que produje y que dirigió mi hermana Sara.

P. ¿Cree que el documental tiene el sitio que se merece?

R. Creo que en España está infravalorado, pero en Europa tiene mucho prestigio. Quizá sea falta de cultura. Pero aquí antes tampoco se hacían tvmovies o series, y ahora tienen gran éxito. O quizá sea que no gusta hablar de la realidad o de los problemas.

P. Lo suyo es el cine social.

R. Sin duda, pero también empleo un poco la forma de narrar del Este. No cuento de forma lineal, me inspiro en la metáfora, en la poesía. Hay siempre un punto de ficción.

P. ¿Se plantea vivir sólo del cine?

R. Hace unos años estaba lanzada, pero me pegué demasiados golpes. En el cine se ve mucho glamour, pero eso sólo lo viven cuatro; trabajar en el mundo comercial es muy difícil.