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AJEDREZ

Trampas con chips

Las ayudas ilegales de computadoras incitan a tomar medidas en los torneos

Hacer trampas en el ajedrez ha sido difícil durante quince siglos. Pero el progreso de las computadoras empieza a preocupar: el último caso de ayudas ilegales se ha descubierto en el torneo de Niza, donde un participante consultaba sus jugadas con un minúsculo ordenador escondido en su gabardina. Ya se habla de instalar detectores en las salas de juego.

Los árbitros del torneo francés observaron algo muy extraño: el italiano Renato Scarenzio, de 64 años, jugaba con la gabardina puesta, metía su mano derecha constantemente en el bolsillo y lograba resultados poco acordes con su escaso nivel técnico. El tramposo fue expulsado cuando se descubrió que utilizaba una de las computadoras de ajedrez más pequeñas del mercado, Novag Sapphire, equipada con una utilidad especial de ayuda a invidentes: basta el tacto para saber la última jugada realizada por la máquina; de modo que Scarenzio introducía manualmente la de su rival y esperaba la respuesta del artilugio.

No es el primer caso, y resulta muy probable que se hayan dado bastantes más de los que se conocen. Por ejemplo, uno de los participantes del torneo abierto de Filadelfia de 1993, inscrito con el nombre John von Neumann, jugó varias partidas conectado a través de un microauricular con una computadora situada en otra habitación y manejada por un amigo, que introducía las jugadas de su rival y dictaba al micrófono la mejor respuesta. El engaño se descubrió porque Von Neumann jugaba muy mal cuando, por problemas técnicos, fallaba la conexión. Pero todo indica que el montaje era una provocación sutilmente preparada: el impostor empleó un nombre falso: John Von Neumann (1903-1957) fue un gran matemático estadounidense, nacido en Hungría, que se distinguió precisamente en el diseño de computadoras y en el estudio de la teoría de los juegos.

Otro pícaro digno de mención es el aficionado alemán Clemens Alwermann, quien saltó a la fama en el abierto de Böblingen (diciembre de 1998), donde terminó empatado en el primer puesto, con 7,5 puntos en nueve partidas. A pesar de que lo ocurrido tuvo un amplio eco en la prensa alemana, no hubo sanción porque los árbitros fueron incapaces de encontrar la computadora, pero nadie duda de que hizo trampas: se permitió la chulería de anunciar jaque mate con ocho jugadas de antelación, algo que ni Gari Kaspárov sería capaz de hacer en la misma posición. El periodista alemán Frederic Friedel descubrió que el programa Fritz anuncia un mate en ocho precisamente en esa posición. Hubo otros dos indicios: Alwermann se ausentaba de la sala con frecuencia y lucía una larga melena, ideal para esconder un auricular.

Han pasado más de cuatro siglos desde que el español Ruy López de Segura, primer campeón del mundo oficioso en la época de Felipe II, recomendase dar de comer y beber en abundancia al rival antes de la partida, o situarlo frente a una ventana para que el sol le diese en la cara. Ahora, muchos internautas adictos al ajedrez se quejan de que sus adversarios utilizan computadoras durante las partidas. Algunos servidores han ideado sistemas para detectar a los tramposos. También se especula con la posibilidad de instalar controles de aparatos electrónicos en las salas de juego, o de aislarlas para impedir todo tipo de conexión. Que se sepa, nadie ha calculado el coste de esa sofisticación; para muchos organizadores modestos, sería la ruina.

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