El Aynaoui da alas a Marruecos al ganar a Corretja
El empate (1-1) entraba en todas las quinielas. Pero, ahora que ya está encima de la mesa, es evidente que el G-3 (Josep Perlas, Jordi Arrese y Juan Avendaño), el grupo de capitanes españoles de la Copa Davis, tiene un problema. Y es gordo. Al contundente triunfo de Juan Carlos Ferrero ante Hicham Arazi por 6-3, 6-1 y 6-2 le siguió la derrota de Àlex Corretja frente al número uno marroquí, Younes el Aynaoui, por 3-6, 5-7 y 4-6. La primera jornada de la eliminatoria se cerró, pues, con cierta decepción entre los 8.000 espectadores que llenaron el pabellón Príncipe Felipe, de Zaragoza.
Sin embargo, eso es sólo el comienzo. Fue el primer mensaje a todos los que creían que ganar a Marruecos era un juego de niños. Ahora ya está claro que no lo es. Y la primera cuestión que se suscita es de qué forma será capaz de afrontar el dobles de hoy (15.30, La 2) Corretja, pieza clave y soporte fundamental para Joan Balcells. La apuesta de alinearle en los individuales era arriesgada porque, dada su falta de competición y el potencial de su rival, su derrota no era descartable. Y, en tal caso, el que se ha producido, su mentalidad puede estar afectada.
Así, el caso es si la capacidad competitiva y mental de Corretja permanece intacta o no, lo que agravaría el problema. Por el momento, el desenlace sigue en el aire. Ferrero demostró un nivel increíble en relación a los pocos partidos, dos, que ha jugado esta temporada por culpa de una lesión de rodilla. Y a Corretja le faltó intensidad en los momentos decisivos. 'Pero me sentí bien. Aún no estoy a mi mejor nivel, pero me voy acercando. Y la derrota no tiene por qué afectarme. Al contrario, lo que necesito son partidos de este tipo', aseguró.
El punto del dobles será importante, pero no decisivo. No es desechable que España pierda hoy y gane la eliminatoria el domingo con Albert Costa cerrándola ante Arazi, un tenista que le viene como anillo al dedo. Ayer fue el día de El Aynaoui, que, triunfal, paseó por la pista a sus dos hijos.
