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Cabanillas rechaza que Barcelona y Madrid tengan Carta Municipal

Clos acusa al Gobierno de negar los derechos históricos de la ciudad

El Gobierno central tiene serias dudas sobre la constitucionalidad de la Carta Municipal de Barcelona y también acerca de que sea conveniente un documento similar para Madrid. Así lo dijo ayer su portavoz, Pío Cabanillas, tras el Consejo de Ministros. Cabanillas remachaba el rechazo del Ejecutivo del PP a aprobar la Carta propuesta por Barcelona, 24 horas después de que lo hubiera hecho el ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, acusó al PP de negar los derechos de Barcelona.

Cabanillas trató de suavizar las declaraciones de Posada, quien había defendido la individualidad de Madrid, pero había rechazado la Carta propuesta por el Ayuntamiento de Barcelona (con el voto de los concejales del PP) y aprobada por el Parlament (también con los votos populares). El portavoz del Gobierno explicó que los informes con los que trabaja el Ejecutivo indican que es dudosa la constitucionalidad de la Carta barcelonesa, pero también sería de dudosa constitucionalidad un documento similar para Madrid.

En un intento de arriar velas sin rectificar lo dicho por Posada, Cabanillas sugirió que lo importante es el fuero y que se trabaja en la línea de ceder a Barcelona algunas de las competencias establecidas en la Carta Municipal.

El intento se quedó en nada. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, le replicó casi de inmediato. En su opinión, el Gobierno está buscando excusas para no dar a Barcelona lo que le corresponde por derecho y por historia. 'No renunciaré a la Carta ni ahora ni nunca', dijo Clos en un inusual tono de dureza, para añadir que la actitud del Gobierno respecto a la ciudad era 'irrespetuosa' y que él, como alcalde, tenía que lamentarlo, condenarla y acusar públicamente a quienes 'niegan los derechos de Barcelona'.

En el mismo sentido, el PSC aprobará hoy una moción en la que plantea que la aprobación de la Carta Municipal de Barcelona es necesaria por las competencias que otorgará al gobierno municipal, condición indispensable para una política de desarrollo y progreso. No obstante, consideran los socialistas, no se trata sólo de competencias: 'La Carta va más allá, señala objetivos de gobierno y formas coordinadas entre las diferentes administraciones para lograrlos, ahorrando al ciudadano la complejidad administrativa'. El PSC denuncia el 'nuevo centralismo del PP' y reafirma su voluntad de lograr la aprobación de la Carta de Barcelona.

El democristiano Josep Antoni Duran Lleida, por su parte, reiteró los argumentos de ERC según los cuales no se entiende que el PP niegue a Barcelona una especificidad que reconoció hasta la dictadura del general Francisco Franco.

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