El apoderado de Gescartera admite que sacó 1.000 millones en cheques
Javier Sierra de la Flor, el apoderado de Gescartera, admitió ayer ante la juez de la Audiencia Nacional, Teresa Palacios, que firmó en blanco centenares de cheques al portador que se cobraron en ventanilla en la oficina de La Caixa de Majadahonda por empleados de Gescartera. El importe global de esos cheques ronda los 1.000 millones de pesetas. El cobrador de estos cheques era, casi siempre, el chófer de Antonio Camacho. Ese dinero llegaba a Gescartera y allí se guardaba en una caja fuerte. Sierra de la Flor dijo ayer a la juez desconocer cuál era el destino final del dinero, aunque piensa que era para pagos a clientes.
Sierra de la Flor, según fuentes jurídicas, respondió a la juez que tiene que haber justificantes de esas entregas de dinero y que, en cualquier caso, deben figurar las anotaciones en el departamento financiero. La juez, a instancias del fiscal, ha pedido a los peritos que busquen esos justificantes.
Los cheques, según admitió el apoderado de Gescartera, eran expedidos y endosados por él y sus cuantías oscilaban entre 490.000 pesetas y 20 o 30 millones de pesetas.
Pese a que la ley obliga a identificar quien cobra esos cheques, esta oficina de La Caixa no se lo exigieron. La juez le enseñó ayer alguno de esos cheques y el colaborador de antonio Camacho los reconoció. Tres acusaciones solicitaron una vistilla para pedir medidas cautelares contra Sierra pero la juez optó por aplazar la declaración hasta que aparezcan los documentos de los que habla el aporderado de Gescartera. La decisió de aplazar la declaración se produjo antes incluso de que intervinieran las defensas
Sierra de la Flor admitió también que en 1998 su mujer obtuvo unos beneficios de 12,5 millones de pesetas de operaciones con futuros realizadas con el Deutche Bank.
Previamente y en calidad de testigos declararon los informáticos. Éstos dieron las claves para acceder a lo que en Gescartera se conocía como 'tabla B', que corresponde a los clientes a los que se aplicaban las minusvalías y donde podía haber inversores con dinero negro, según las citadas fuentes. Al principio, aseguraron, sólo había una contabilidad pero se cambió el sistema informático precisamente para introducir estas tablas B. La juez ha pedido a los peritos que intentan acalrar cómo entraba el dineroen esa tabla B, cómo se repartía y a quiénes beneficiaba. Se da la circunstancia de que uno de los cheques que firmó Sierra de la Flor importaba, precisamente, la misma cuantía que una de las minusvalías aplicadas, al parecer, a la presidenta de la agencia, Pilar Giménez-Reyna. De ahí la sospecha de que, junto a las minusvalías, esos clientes cobraran de la tabla B.
Entretanto, en Melilla, el portavoz del GIL, José María Benítez, insinuó ayer que Victor Gamero, el que fuera hasta la semana pasada Presidente de la Autoridad portuaria de Melilla, pudo lavar dinero negro en la agencia de Camacho, informa Toñi Ramos. Gamero aparece hasta seis veces en un listado del diario personal de la Pilar Giménez-Reyna. Gamero dimitió el lunes minutos antes de que lo destituyera el Consejo de Gobierno de Melilla a instancias del Ministerio de Fomento.
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