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'El victimismo de Clos es como el de Pujol, pero peor'

Santiago Fisas (Barcelona, 1948) es el presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona. Hombre flemático y proclive al pacto y al diálogo, ayer asumía inpertérrito el chaparrón y trataba de salvar los muebles insistiendo en que la tormenta sobre la Carta Municipal no estaba justificada porque el ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada, no dijo anteayer en el Senado nada nuevo.

Pregunta. ¿Las palabras del ministro son el entierro del proyecto de Carta Municipal votado en el Ayuntamiento de Barcelona y en el Parlament?

Respuesta. En mis conversaciones con el equipo de Gobierno siempre he tenido claro que lo importante es que el Ayuntamiento de Barcelona tenga determinadas competencias (en justicia, fiscales, etcétera), al margen de que lleguen a través de la Carta Municipal, por una ley de grandes ciudades o a través del cambio en diversas leyes.

P. Las palabras de Posada, ¿no indican lo contrario?

R. No. El Gobierno quiere ceder las competencias que pide Barcelona. La intervención del ministro no es negativa. Dice que está de acuerdo en ceder las competencias a Barcelona y también a otras ciudades con el mismo problema. Las preocupaciones que yo había detectado hasta ahora tenían que ver con posibles retrasos, no con el hecho de que la ley tuviera que ser sólo para Barcelona. Veo en esto un cierto partidismo, una voluntad de manipular a la opinión pública.

P. El ministro sugiere englobar a Barcelona en una ley general, pero apunta una ley de capitalidad sólo para Madrid.

R. El ministro cree que una ley sólo para Barcelona sería inconstitucional. No se puede hacer una ley por los nombres de las ciudades. Hay que legislar sobre hechos. Dicho esto, el ministerio no pretende sacar adelante una ley de capitalidad para Madrid. Podría ocurrir que el Parlamento de Madrid y su Ayuntamiento la propusieran. Yo creo que esto no se producirá por falta de acuerdo entre el Gobierno regional y el municipal. Yo, personalmente, estoy en contra.

P. Madrid no ha pedido nada. Barcelona pidió hace cuatro años competencias que aún no tiene.

R. La Carta Municipal fue aprobada por el Ayuntamiento y por el Parlament. Antes, se creó una comisión mixta entre el municipio y el Gobierno catalán para negociar las transferencias. Esto no se ha hecho nunca con el Gobierno del Estado, de modo que no puede hablarse del incumplimiento de un compromiso porque no hay compromiso previo. La Carta tardó en ser aprobada 12 años, y cuatro años después de su aprobación, el Gobierno catalán no ha realizado todas las transferencias previstas. El propio Ayuntamiento no ha puesto en marcha algunas normas. Es comprensible porque estas cosas requieren tiempo, pero también para el Gobierno del Estado, sobre todo cuando nadie ha pactado nada con él.

P. Lo que pretende el PP, ¿no es equiparar a Barcelona con otras ciudades que no han pedido una Carta Municipal?

R. No han pedido una Carta Municipal, pero han pedido las competencias que se incluyen en la Carta. No veo ningún inconveniente en que otras ciudades tengan lo mismo. Lo importante es que Barcelona logre las competencias que necesita y no el camino que se siga para ello.

P. Usted opina que todo este asunto es una manipulación socialista, ¿en qué se basa?

R. Toda esta batalla responde a un intento de tapar la debilidad de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del PSOE. El partido socialista utiliza los ayuntamientos donde gobierna para hacer oposición al Gobierno de España. Clos copia a CiU. Su victimismo es como el de Pujol, pero peor. Lo único que sabe hacer es culpar al Gobierno central o al de la Generalitat de las cosas que no funcionan en Barcelona. La verdad es que el ciudadano empieza a estar cansado. A la gente lo que le importa no es este sectarismo polémico, sino su trabajo, que se construyan el AVE y el aeropuerto, hechos concretos.

P. El PP votó dos veces a favor de la Carta Municipal. ¿Qué votará si el Parlament propone llevar la Carta al Congreso en forma de proyecto de ley?

R. No sé lo que votará el PP en el Parlament. Lo que sí sé es que no votará una moción que tenga como objetivo desgastar al Gobierno del Estado.

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