Incoherencia
En Madrid siguen los ecos de la ya conocida como operación triunfo del PP y el éxito del ganador del concurso, José María Aznar. Todo está bien en Madrid y se administra a la perfección el éxito de la reunión de reuniones, en el mismo lugar, por cierto, en el que Rosa María Sardá, el pasado sábado, dejó dichas unas cuantas cosas, sobre la vida, el cine y la televisión. No me pierdo, hablaba del PP y quería llegar aquí mismo, a Andalucía, y a la manera de desaprovechar todo ese éxito de Madrid por parte de la dirección de los populares andaluces. Ni Teófila, ni Sanz, pero es que ni siquiera Javier Arenas se ha dado una vuelta por aquí para fastidiar al contrario con su triunfo congresual. No deja de ser raro que, a estas alturas, nadie en el PP andaluz, su presidenta, por ejemplo, tan experimentada en convocar a los periodistas con motivo de nada, haya salido a contar su éxito en el congreso con la presencia de tanto andaluz como ha conseguido Arenas en la dirección nacional, algo que bien vendido es una mina. Resulta raro el silencio de la dirección popular sobre esa circunstancia, sin duda interesante. Algo no funciona en los reflejos de los populares andaluces, a no ser que Arenas, que pone y quita y es quien ha puesto a los que ha puesto junto a él en la dirección, no quiera que nadie interprete ni utilice aquí su blindaje en Madrid. En fin, aquí en lo que andan los populares es en la caza del ayuntamiento. Ahora, por ejemplo, han conseguido el de Salobreña. El pacto antitransfuguismo ha hecho agua, por obra y gracia de la insistencia del PP en no cumplirlo. El PP se pasa los pactos y los compromisos por el forro de la chaqueta si así conviene a su interés. Resulta, por demás, bastante surrealista, a la vista de los hechos, que la delegación andaluza, precisamente, consiguiera que el congreso del PP aprobara una enmienda contra el transfuguismo. El viaje a la incoherencia se podría titular la consumación de la operación Salobreña, que acaso interpreten los populares como un éxito, pero que, en rigor, es un grave riesgo de pérdida de confianza en quienes se comprometen en acuerdos que luego no cumplen. Y Arenas, en Madrid, pidiéndole a Rodríguez Zapatero que acepte, sin condiciones, el pacto local. Bien mirado, es lógico.
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