Felipe González proclama que apoyará a Zapatero 'hasta que gane las elecciones'
El ex líder socialista pide a su partido que no caiga en las trampas del PP para dividirles
Dirigentes, cuadros medios y militantes del PSOE sienten desasosiego por la falta de proyección de su partido en la sociedad. De esta impresión se hizo ayer eco el ex presidente del Gobierno Felipe González, quien les pidió que no caigan 'en la trampa' que les tiende el Partido Popular para desgastarles y dividirles. González aseguró que apoya y apoyará al actual líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, 'hasta que gane las elecciones', y consideró deleznables 'las insidias' que le sitúan a él mismo en un puesto de mando sobre la actual ejecutiva.
'Las trampas de la derecha tratan de dividirnos, y a veces lo consiguen con insidias'
Es la séptima vez que el ex presidente Felipe González acude a unas jornadas de debate en Magaz de Pisuerga (Palencia) para debatir sobre la integración europea y el nuevo orden mundial. Durante casi una hora, el ex líder del PSOE habló de la globalización y del papel de Europa en la misma, pero primero abordó los asuntos que desde hace semanas aquejan a su partido.
González había asistido horas antes al Comité Federal del PSOE, donde escuchó la treintena de intervenciones de otros tantos dirigentes socialistas que opinaron sobre el momento del partido, sin que faltaran las peticiones a Zapatero para que haga una oposición más contundente y más precisa. González no intervino en ese Comité Federal, sino que esperó a su comparecencia pública de ayer para manifestar todo lo que piensa al respecto.
Las cosas no van mal para su partido y Zapatero está bien situado, a decir del ex líder socialista. 'Cuando todas las baterías de la derecha están colocadas contra Zapatero es porque va bien, y no sería así si no percibieran que va a ganar las elecciones', opinó. Por primera vez aludió a las aseveraciones del PP en torno a su papel predominante con respecto al actual líder socialista. 'Estaré apoyando a Zapatero hasta que gane las elecciones', afirmó.
Pero quizás lo principal del discurso de González fue el toque de atención que dio al sector o sectores del PSOE que, quizás con buena fe, vacilan en su apoyo a Zapatero al considerar que no está cumpliendo las expectativas que se crearon tras su elección: 'Pido a los compañeros que no se dejen engañar, atrapar por las trampas de la derecha que tratan de dividirnos, desgastarnos, y a veces lo consiguen con insidias y con rencores'.
El ex líder socialista dirigía sus reproches con mención a la derecha, al PP o al Gobierno y, otras veces, ponía nombres deformados de medios de comunicación. Unas declaraciones del ex secretario general de PSE Nicolás Redondo al diario La Razón le dolieron especialmente a González, quien dedicó un apartado a la crisis del PSE. 'Me duele que me hayan implicado de mala fe en los problemas del partido en el País Vasco. Siempre he apoyado y apoyaré a todos los compañeros de Euskadi, a sus secretarios generales, y también Nicolás ha tenido mi apoyo'.
'Me preocupa que Nicolás dijera a La Sinrazón que 'quiere creer' que yo no estoy en la caza del conejo', añadió. González, utilizando la broma, pero con fondo serio, señaló que a él no le gusta la caza, 'ni siquiera la mayor ni con orejas, y muchísimo menos en la caza de mis compañeros'. Esas alusiones al País Vasco le sirvieron para arremeter contra el Gobierno en los problemas del socialismo vasco. 'Son desleales al decir que el PSOE quizá no cumpla el pacto antiterrorista; ¿cómo es posible que digan eso cuando fue Zapatero el que propuso el pacto y se estuvieron mofando durante meses?'.González quiere creer que el congreso del PP no ha impresionado en su partido. 'Un congreso del más puro estilo franquista; aunque digan que es americano, no lo es porque las fiestas de las convenciones norteamericanas son la culminación de un debate democrático en el que la identidad del nominado es impredecible, que no es el caso del PP'.
Ya animado, González arremetió contra el presidente del PP, José María Aznar. 'El culto a la personalidad es siempre repulsivo, pero resulta incomprensible cuando se rinde culto a la mediocridad'. Su discurso tuvo paradas permanentes para instar a sus compañeros a que no se dejaran atribular por 'la propaganda de tertulianos y columnistas al servicio de la derecha'. Menos aún, 'de los que se dicen de izquierdas, que escriben en los periódicos presumiendo de izquierdas, pero siempre con críticas a la izquierda y al servicio de la derecha; hace tiempo que dejaron de ser de izquierdas y sólo son pesebristas del poder'.
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