La calidad y el europeísmo marcan las candidaturas a rector de Valencia

La carrera electoral para suceder al rector Pedro Ruiz Torres, que el próximo 26 de febrero culminará ocho años al frente de la Universidad de Valencia, arrancó ayer con el registro oficial de los dos candidatos, Francisco Tomás y José Luis Barona. Pese a las especificidades de las dos candidaturas, existe un denominador común entre los retos que se plantean tanto el ex vicerrector Tomás como el catedrático Barona: la clara apuesta por la calidad y la gestión universitaria y la necesaria integración en el espacio común europeo.

El catedrático de Historia Contemporánea Pedro Ruiz Torres dejará el rectorado tras ocho años de gestión ininterrumpida habiendo situado a la Universidad de Valencia 'entre las 10 mejores' -según el último informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre Excelencia y calidad de las Universidades Españolas- y habiendo sido uno de los activos académicos que han impulsado el debate tanto a nivel nacional, en el seno de la Conferencia de Rectores (CRUE), como en el marco valenciano, en contra del control político de las universidades por parte de los Ejecutivos central y autonómico del PP. También ha propiciado el escenario de unidad de todos los rectores contra la controvertida Ley Orgánica de Universidades (LOU) que entró en vigor el 20 de enero.

Éste es a grandes rasgos el 'punto de partida' reconocido por ambos candidatos en los respectivos programas electorales, que Barona introduce con el título Una universitat valenciana a Europa y Tomás encabeza con el lema Una universitat de qualitat per a tothom. Éste último, que ha sido el responsable del vicerrectorado de Investigación durante los últimos años, propone 'un programa de gobierno encaminado a conseguir que la Universidad se afiance como una institución sólida y de prestigio entre las universidades españolas, y también entre las europeas'. No obstante, 'la entrada en vigor de la LOU plantea nuevos retos que', explica Tomás desde su condición de quien ha sido gestor en esta última etapa, 'sólo se podrá encarar a partir de un trabajo comprometido y eficiente, que apueste por la calidad e intente dar respuesta a las necesidades de todos los miembros de la comunidad universitaria: alumnado, personal de Administración y profesorado'.

Barona, por su parte, incide en que 'este constante proceso de cambio a que están sometidas las instituciones universitarias', obliga 'a una redefinición de las funciones', que implica asumir 'la ampliación y redefinición de sus objetivos'. Las fórmulas propuestas para encarar la LOU -que ambos coinciden en que pone en que limita la 'democracia' universitaria y favorece el 'control político'-, pasan por utilizar las nuevas tecnologías tanto en la formación permanente del personal como en la introducción de nuevas fórmulas de enseñanza más eficaces y cualitativas. El espacio universitario común europeo, algo que queda flagrantemente fuera de la LOU, es también una prioridad compartida.