Las diferencias sobre Tablada diluyen el consenso municipal en el preavance del PGOU de Sevilla

El pleno del Ayuntamiento de Sevilla aprobó ayer por unanimidad el documento Oportunidades y Estrategias para la Ordenación Urbana-Territorial de Sevilla. El consenso formal alcanzado en la votación de ayer esconde serias divergencias entre los diferentes grupos políticos tanto en la importancia dada al texto como en algunos aspectos concretos de su contenido. La fórmula elegida para hacer referencia a Tablada impide, según IU, la construcción de viviendas en la dehesa. Mientras, el PP interpreta que sí cabe el uso residencial en la zona. Populares y andalucistas reconocen que lo aprobado ayer no supone ningún compromiso y que el verdadero debate empieza a partir de ahora.

El documento elaborado por la oficina de revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Sevilla, muy técnico y con un denso contenido, se presentó ayer a su aprobación en el pleno acompañado por un pequeño texto resumen en el que los cuatro grupos políticos representados en el Ayuntamiento destacaron siete puntos de especial relevancia.

La redacción de este escueto documento ha costado más de una semana de negociaciones. Tras acordar el miercoles 23 la mayor parte de su contenido en la primera reunión, los portavoces municipales han necesitado siete días más para ponerse de acuerdo en el texto literal del punto cuarto, el que trata los usos de la dehesa de Tablada.

Finalmente se alcanzó el consenso tras solucionar un mero 'problema lingüístico', en palabras del propio delegado de Urbanismo, el andalucista Rafael Carmona: referirse al futuro de las 356 hectáreas inundables de la forma más inconcreta posible para que tanto IU como PP pudieran encajar en esa fórmula su interpretación particular.

Inundabilidad de la dehesa

Según lo aprobado ayer, los usos de Tablada serán los de 'parque metropolitano equipado, debiéndose resolver el contacto con los bordes [límites] en función del carácter de inundabilidad de este territorio'. Mientras el portavoz de IU, Luis Pizarro, enumeraba los usos que la normativa urbanística permite en un parque metropolitano -'culturales, educativos, deportivos,...'- y aseguraba que quedaban expresamente excluidos los residenciales o lucrativos; el portavoz popular, Jaime Raynaud, se manifestaba rotundo a la salida del pleno: 'En absoluto este documento ha cerrado definitivamente la puerta a la construcción de viviendas en Tablada'.

Según Raynaud, el propio documento de preavance admite en la dehesa de Tablada 'viviendas adaptadas a las circunstancias del terreno y un centro comercial en la intersección del antiguo aeródromo con la carretera de la esclusa y la SE-30, a la altura del puente del centenario'.

Carmona, que ayer se mostró exultante por haber logrado la unanimidad en la aprobación del documento, había admitido previamente que la redacción del acuerdo referente a Tablada dejaba la definición de sus usos pendiente de la determinación del grado de inundabilidad de la zona. Es decir, si toda la dehesa es inundable, no caben viviendas pero si hay una franja libre del riesgo, Urbanismo podría aceptar posibles usos residenciales.

El asunto de los usos de Tablada, y el voto particular de IU contrario a la construcción de Puerto Triana, diluyeron ayer la importancia del resto del documento, de su detallado y excelente contenido técnico (reconocido por todos los grupos) y de su aprobación por unanimidad.

El alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín, del PSOE, felicitó formalmente a la comisión de dirección y seguimiento del PGOU y a los técnicos de la oficina del Plan tanto por la calidad del documento como por haber logrado el consenso. 'La participación no acaba aquí', advirtió Monteseirín en referencia al plazo de exposición pública que ahora se inicia y al que convocaron a los ciudadanos todos los portavoces. Este proceso debe desembocar en la redacción del Avance, primer texto ya con fuerza normativa del nuevo PGOU y que debe estar listo en primavera.

Carmona destacó que el texto atiende tanto a problemas 'urbanísticos como sociales' y dibuja 'un modelo de ciudad común'. Pizarro definió el documento como 'progresista urbanísticamente hablando, que no busca la ciudad expansiva que depreda el suelo, sino soluciones clásicas de ciudad mediterránea'. Para Raynaud, se trata sólamente de un 'documento de mínimos que no era necesario llevar a pleno' pero elogió la 'altura de miras' demostrada por los grupos municipales para alcanzar la unanímidad.