Unanimidades

Javier Arenas ha salido del XIV congreso del PP reforzado. Aznar, contento con su manera de llevar el partido, ha accedido a sus pretensiones de contar con un equipo elegido por él, de más confianza que el heredado al llegar a la secretaría general. Sólo le ha faltado sustituir a Pío García Escudero, coordinador de Organización que mantiene hilo directo con Aznar. Pero Arenas ha ganado mucho en el congreso y no es cosa de regatearle éxito con un sólo detalle, por más que tenga relevancia. Con más andaluces en la dirección, es decir, más de los suyos, ya si que nada se moverá en el PP andaluz sin que pase por las manos y el asentimiento de Arenas que, ante el congreso, señaló y dijo la última palabra sobre la candidata a la Presidencia de la Junta de Andalucía, naturalmente, Teófila Martínez. No falta tanto para las elecciones autonómicas como para que ahora el PP se pusiera a buscar otro candidato o candidata y, en todo caso, Teófila, en perfecta comunión o perfecto interés, que en política viene a ser lo mismo, ha seguido fielmente las directrices de Arenas y sabe el secretario general que así seguirá siendo porque nadie se despega de quien más manda, o del segundo que más manda en este caso, si quiere estar al sol que más calienta, y Teófila, naturalmente, quiere. A partir de ahora, en el PP nacional y andaluz sólo tienen un objetivo con respecto a Andalucía, ir a por todas para ganar las elecciones. Habrá pues mucha más presencia de Arenas, mucho más control del partido en Andalucía, pero habrá también más presencia andaluza en Génova y eso, sin duda, es importante para la dirección regional del PP que, por cierto, tuvo una intervención inquietante en el congreso al presentar una enmienda a los estatutos contra la posibilidad de existencia de grupos organizados dentro del partido. Fue aprobada pero con la iniciativa han sembrado la duda, porque resulta cuando menos curioso ese curarse en salud que provoca también interpretaciones algo más malévolas sobre la existencia en su seno de posibles movimientos internos más o menos críticos, que los populares andaluces podrían haber querido parar con esa enmienda que llevaron a la gran fiesta de unanimidades que celebró el PP el pasado fin de semana en Madrid.