Los raptores del constructor eran empleados del supuesto cerebro del clan

Un juez de Madrid decretó ayer prisión para cuatro de los seis detenidos en relación con el secuestro del constructor Antonio Lorenzo Jiménez, de 45 años. El supuesto cerebro del rapto, el empresario Francisco Luna Ossorio, de origen francés y de 62 años, se negó a declarar. Según el testimonio de uno de los detenidos, Luna les confesó que Lorenzo, al que conocía desde hacía 25 años, le debía 74 millones de pesetas (444.000 euros) y que era el culpable de la quiebra de su empresa. Además, aseguró que fue Luna quien instó el robo que después derivó en secuestro.

Lorenzo fue liberado la madrugada del pasado jueves por el Grupo Especial de Operaciones (GEO), tras permanecer tres días secuestrado en un chalé cercano a Nuevo Batzán, cerca de Alcalá. Las primeras horas del secuestro permaneció encerrado en un cuarto de baño y luego fue atado a una cama. Allí le custodiaron Adolfo H. Z., de 40 años, y Héctor Hugo V. D., de 34, ambos colombianos. Estos dos están a disposición del juzgado instructor, el 6 de Alcalá. Los otros cuatro, que fueron detenidos en Madrid, ingresaron ayer en prisión.

Los secuestradores acudieron el lunes pasado a la empresa de Lorenzo, Loismavir, tras decirles Luna que aquél guardaba dinero en una caja fuerte. Fueron con el rostro tapado y uno de ellos portaba una pistola. En las oficinas estaban Lorenzo y cinco de sus empleados, entre ellos dos de sus hijos. Al ver que no había dinero en la caja, secuestraron a Lorenzo. La familia denunció el rapto y, paralelamente, negoció con los secuestradores un rescate de 450.000 euros (75 millones de pesetas). La entrega del dinero, que fue vigilada por la policía, propició los arrestos.

El denominador común de dos de las cuatro personas detenidas en Madrid es que hacían trabajos de albañilería y pintura para Luna. Aunque éste se negó a declarar ayer, al igual que hizo ante la policía, sí testificaron los otros tres detenidos. Nuria Ortega Jiménez, española de 26 años, manifestó que conocía a Luna desde hacía dos años porque ocasionalmente realizaba tareas domésticas para él. Agregó que éste la llamó la semana pasada para pedirle un favor: acudir a un bar a recoger un maletín. Por la gestión, según ella, le prometió 5.000 pesetas. La policía la detuvo cuando llegó al bar. Al verse arrestada, decidió colaborar con los agentes.

El otro encarcelado es Freddy Alberto Patino, colombiano de 24 años. Éste declaró que trabajaba para Luna desde hacía dos años. Señaló que Luna les comentó a él y a los otros arrestados que no podía abonarles la nómina y les instó a robar a Lorenzo.

Tarjeta de crédito

Según Patino, Luna culpó a Lorenzo de ser el causante de la quiebra de su empresa, y dijo que éste le adeudaba 74 millones de pesetas (444.000 euros). Patino señaló que, además de él, fueron a la citada oficina otras cuatro personas. Dos en un coche y tres en una furgoneta alquilada. Al ver que no había dinero en la empresa, uno de sus compañeros sugirió llevarse a Lorenzo para que les sacase dinero con la tarjeta de crédito. 'Al cajero fuimos todos, pero a mí me dio miedo y pedí que le soltaran; pero los otros decidieron llevarle al chalé'. Según Patino, la droga hallada en el chalé tras la liberación de Lorenzo pertenece a un amigo de uno de los secuestradores. La versión de Patino sobre la intervención de Luna es contradictoria. Primero indicó que éste les dijo que no quería nada del dinero que sustrajesen, pero luego precisó que el acuerdo era que Luna se quedaría parte del botín.

También declaró ayer el colombiano Jesús Armando Milanés. Su versión es similar a la de Patino en el sentido de que fue Luna quien les propuso el robo. Según Milanés, se prestó al robo porque llevaba siete meses en España y necesitaba dinero para pagar la hipoteca de su vivienda.