Bach, siglo XXI
El holandés Pieter Wispelwey puso de manifiesto, una vez más, que el tiempo no pasa por Bach. Las suites para violonchelo tuvieron en su lectura una vitalidad contagiosa, sentido de la alegría y descarada espontaneidad. Es la del holandés una interpretación desenfadada aunque no irrespetuosa. Rezuma complicidades juveniles, algo lógico, por cierto, para alguien acostumbrado a frecuentar músicas de nuestro tiempo. Wispelwey se divierte; su dominio técnico es insultante. Posee, en grado sumo, unas envidiables cotas de libertad. Tiene un irresistible swing. Su virtuosismo le acerca en espíritu, en más de un momento, al mundo de la improvisación en jazz. Entabla una dura lucha contra los procesos de desafinación en su violonchelo barroco de 1710, poseedor de un cálido sonido. Sale victorioso. Su actuación tiene alguna caída de tensión. Importa poco. El clima es envolvente y arrastra. La courante de la suite número tres deja sin aliento, la zarabanda de la número cinco es estremecedora, la suite número cuatro al completo es prodigiosa. El sonido del instrumento es insinuante; con el violonchelo piccolo de cinco cuerdas utilizado para la suite número seis se vuelve un poquito más áspero. Hay, evidentemente, sitio para la exhibición virtuosista y también para la confidencia al oído. Una locura de recitales. Bach ha rejuvenecido, si cabe, con el cambio de siglo.
Pieter Wispelwey
Bach: Integral de las suites para violonchelo solo, BWV 1007-1012, con violonchelo barroco. X Liceo de Cámara, Fundación Caja Madrid. Auditorio Nacional, 21 y 22 de enero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.