El Rayo tumba al Alavés y deja de ser el colista
El Rayo ha metido la directa y amenaza con dejar el descenso para mejor ocasión. De momento, ya no es el colista. Un Alavés pesadote, plano y aburridísimo fue el privilegiado espectador de otro buen partido de los vallecanos. Mané dejó de nuevo a Jordi y Witschge en el banquillo, pensando, quizá, que las exquisiteces se llevan mal con un terreno como el de Vallecas. Así que el Alavés no demostró más virtudes que aquellas que tienen que ver con el poderío físico. El Rayo, sin hacer maravillas, se gustó. Dejó que Míchel se moviera a su antojo en el ataque, sin más obligación que la de sacarle jugo a su imaginación. Pero el que de verdad armó ruido fue Peragón, que encontró en Ibon Begoña y Llorens a sendos amigos allá en la banda derecha.
RAYO VALLECANO 2| ALAVÉS 0
Rayo Vallecano: Etxeberria; Ferrón, Mainz, De Quintana, Alcázar; Pablo Sanz, Quevedo; Peragón (Azkoitia, m. 90), Míchel, Arteaga (Helder, m. 66); y Bolic (Glaucio, m. 85). Alavés: Kike; Geli, Coloccini, Téllez, Llorens; Astudillo, Turiel, Pablo (Jordi Cruyff, m. 60), Ibon Begoña (Karmona, m. 46); Magno y Rubén Navarro. Goles: 1-0. M. 53. Penalti por empujón de Turiel a Bolic que transforma Peragón. 2-0. M. 80. Bolic, a pase de Peragón. Árbitro: Burrull. Expulsó a Ferrón (m. 90) por doble amonestación. Sacó tarjeta amarilla a Ibon Begoña, Llorens, Téllez y Pablo. Unos 7.000 espectadores en el Teresa Rivero en partido aplazado de la 18ª jornada.
La primera ocasión del Rayo demostró que el Alavés no estaba por la causa. Nació en un saque de Etxeberria, a la sazón portero del Rayo, que lanzó largo, muy largo. Voló el balón y los jugadores se quedaron expectantes, mirándolo con detenimiento por aquello de que todo lo que sube baja. Y bajó concretamente en el punto de penalti del área contraria, por donde andaba Bolic, que no lo mandó dentro porque Kike estuvo despierto.
Nada espectacular había ocurrido, pero a Mané le dio un ataque de pánico y sacó a otro defensa, Karmona. Y no le fue lo que se dice bien, porque en el primer balón que llegó al área el árbitro vio algo con pinta de penalti. Y entonces sí, entonces Mané echó mano de quienes mejor llevan eso de llamarse futbolistas -Cruyff y Witschge-. Demasiado tarde. Peragón seguía en el paraíso, esto es, en su banda derecha, y por allí se paseó para darle a Bolic el 2-0.
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