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LA CRÓNICA
Columna
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Festival de recuerdos Gabriel Galmés

Eran las 19.30 de una tarde lluviosa y fría de un sábado de enero. El Teatre Municipal de Manacor se llenaba de personas de todas las edades y todos los mundos. Se reunían para recordar al joven escritor Gabriel Galmés (a partir de ahora GG), amigo muerto el 16 de junio de 2001. En una isla como Mallorca, en la que hay una pobre tradición institucional de conservar la memoria de sus sabios, la idea del Ayuntamiento de Manacor de hacer un homenaje al escritor y ciudadano Galmés sorprendió favorablemente. Como uno esos tam-tam que comunican la verdadera poesía de los afectos y de los sentimientos, nació una red de personas que, por motivos tan íntimos como confesables, se encontraron para dir la seva sobre GG, un hombre de letras que les había tocado. Pere Fullana, amigo de la infancia y director teatral, fue quien supo convertir aquel teatro a la italiana en una vasta sala confortable, toda ella escenario de una feria viva de rememoraciones... Por dos escaleras a cada lado del escenario subían los participantes. A la derecha del público, los componentes del grupo musical Hataka. La voz cool y jazzística de Catalina Llull: un catalizador en la conjunción entre música, palabra y memoria. Quiero enfocar un detalle: aquel acto no fueron sólo las dos horas que duró, sino que habría que contarlo tanto desde las semanas gozosas de su preparación como desde aquellos encuentros cargados de confianza y consuelo que en el hall del teatro, en las escaleras o en los pasillos ya crearon una atmósfera coral -con el dolor al fondo- y se cargaron de aquella inteligencia del humor galmesiano creador de tactos y sonrisas. Y el Begin the beguine fue la señal del comienzo. Después este cronista dio una bienvenida general al festival de recuerdos amorosos, humorosos y bondadosos que serían 'un plantel de semillas que harán que GG chute, hable, viva, respire y se pasee a nuestro lado. Yo lo veo, hablo y, sobre todo, río con él cada vez que lo recuerdo o lo leo o le digo todo lo que me da la gana'.

Manacor quiso recordar a Gabriel Galmés y su iniciativa se convirtió en una cita de amigos del escritor

La voz cálida de la Llull nos inundó con aquel Stormy weather que tanto gustaba a GG. David Castillo, con humanidad honda de anarquista de la palabra, leyó un poema, hecho para GG con lucidez y verdades como versos, lleno de referencias directas y fulgurantes al que considera 'el mejor escritor de su generación'.

El primer profesor de inglés de GG, Donovan Vickers, con barba blanca y elegancia patriarcal, nos deslumbró con la primera página de Lolita, del maestro Nabokov, que GG adoraba. Damià Pons, como colega universitario y lector fervoroso, recordó que los magníficos y funcionales diálogos de las novelas de GG son una de sus memorables orfebrerías verbales y señaló que su figura de escritor será esencial cuando se valore la narrativa catalana de finales del siglo XX. Pep Barrull, como representante del Instituto Na Camel.la, en el que GG daba clases, le hizo una semblanza viva y cotidiana, subrayando el carácter culto y divertido, ingenioso y trabajador, generoso y optimista de un GG que hasta les escribía relatos basados en sus vidas. Pep Garí, amigo de músicas verbales inglesas con GG, interpretó un fragmento de Enrique V con modulaciones stratfordianas canónicas. Tomeu Llull, en nombre de una asociación de catavinos, leyó la declaración de principios que hizo GG cuando entró en esta sociedad de amadores del vino. Lluís Massanet, escritor, y Pep Tosar, actor, amigos de la infancia de GG, escenificaron fragmentos de Un senyor de Barcelona, de Josep Pla, y El rei de la selva, de GG: fantásticos. Francesc Pascual, del mundo trotón, engarzó anécdotas personales donde demostraba el amor de GG por el caballo. El grupo Hataka creaba rellanos con músicas de Gershwin, Monk, Cole Porter y Dave Brubeck. El escritorJosé Carlos Llop leyó su presentación de Una cara manllevada, donde compara a GG con un personaje de Chesterton inmerso en una literatura de cierta atmósfera barnesiana, 'cuando a Julien Barnes le entra la risa y esconde a Flaubert en la coladuría'. Catalina Sureda, Catalina Riera y Pep López dijeron un fragmento de La vida perdurable con aires de fiesta. Este cronista tocó La luna, de Borges, y Si pogués acordar raó i follia, de J. V. Foix. El escritor Bernat Nadal se adhirió al acto con un texto conmovedor que concluye así: 'Leerte será recordarte'. Matias Vallès, periodista y crítico, recalcó con adustez la importancia de la corrosiva y divertida escritura periodística de GG, colocándolo entre esa minoría de plumas que con las armas del humor, la parodia y el sarcasmo 'dan patadas en el culo alos que se las merecen'. Catalina Alorda y Carles Molinet representaron un fragmento de Nit, una obra de Pinter traducida al catalán por GG. Jaume Vallcorba, editor de GG, aseguró que 'GG fue un verdadero escritor, preocupado por hacer una obra literaria sólida y con una fuerte voluntad estilística y constructiva'.

Margalida Fons, delegada de Cultura de Manacor, recordó al escritor 'que tuvo siempre como mundo de referencia el de su ciudad natal'. Con la canción Moon river, de Henry Mancini, aterciopelada por la Llull, se clausuraron aquellas dos horas de un festival GG, un monumento carnal y luminoso, emocionante y sincero. Totalmente excepcional.

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