La industria critica a Aznar por no pelear para que Barcelona sea sede de la agencia alimentaria
El Gobierno afirma que 'no renuncia' al organismo de control, 'o a otras sedes europeas'
'Incoherente'. 'Inexplicable'. 'Un cambio de cromos'. Son algunos de los epítetos que dedica la industria alimentaria española, cuyo núcleo duro está en Cataluña, a la actitud de José María Aznar a la hora de defender ante sus homólogos del Consejo Europeo la candidatura de Barcelona para acoger la Agencia Alimentaria Europea. Los empresarios consultados 'no entienden' cómo en la última cumbre de Laeken, y ante el atrincheramiento de Finlandia, Francia e Italia, el presidente del Gobierno dejó caer la agencia sin batirse, para coger el guante de una 'indefinida' agencia de nuevas tecnologías.
Fuentes de La Moncloa reiteraron ayer los dos pilares de la posición oficial de España, que desde el pasado 1 de enero lleva las riendas de la Unión Europea. El primero: 'No renunciamos a esta candidatura o a otras'. El segundo: si durante la presidencia española no hay perspectivas de acuerdo, el Gobierno evitará quemarse con un nuevo fracaso sobre el reparto de sedes de más de una decena de organismos europeos y pasará la pelota a la presidencia siguiente.
Las mismas fuentes admitieron de que el hecho de que España ejerza la presidencia 'complica' que el Gobierno batalle con dureza por la agencia alimentaria, aunque añadieron que también aumenta su 'margen de maniobra' para hacer propuestas.
'Cuando se es juez y parte se pierde fuerza', reflexiona Jorge Jordana, secretario general de la FIAB, la federación que reúne a las industrias alimentarias y de bebidas, para quien las aspiraciones de Barcelona fueron 'siempre un sueño imposible que había que perseguir' y para quien el Gobierno 'ha batallado con dignidad'.
Los empresarios catalanes del sector, que con cerca de 76.000 millones de euros de facturación genera un 19% de la cifra de negocios de la actividad industrial española y que emplea a un 17% de la mano de obra, saben que 'no todo está perdido'. Temen, sin embargo, que la falta de acuerdo en el horizonte consolide a Bruselas como sede definitiva de la agencia que ahora acoge con caracter provisional. Fuentes de la Comisión Europea reforzaron la impresión de que 'el acuerdo va para largo'.
Pero lo que más ha molestado a la industria catalana, que no ha recibido explicaciones del Gobierno tras el fiasco de Laeken, es la actitud de Aznar en la cumbre que cerró la presidencia belga de la UE, después de que España, tras arrastrar inicialmente los pies ante las ambiciones de Barcelona, se enfrascara finalmente en la defensa de la sede catalana.
'Posición táctica'
Para el sector, que se había implicado a fondo en la candidatura de una Barcelona que lleva clavada la espina de la pérdida de la Agencia del Medicamento en favor de Londres, que el presidente del Gobierno 'no hiciera ruido' ha dejado flotando en el ambiente la idea de que el compromiso político de España no es tan firme. 'Se nos escapa su actitud', comenta un peso pesado del sector.
'Aznar adoptó una posición táctica ante la radicalización de posiciones de Finlandia -comprometida con su opinión pública para llevar la agencia a Helsinki-, de Francia y de Italia. Primó que Barcelona se llevara algo antes que obtener la agencia', opina el director de la candidatura y director ejecutivo del Patronato Catalán pro Europa, Casimir de Dalmau. Otras fuentes apuntan la 'falta de sintonía' en esta cuestión entre Aznar y su ministro de Exteriores, Josep Piqué.
Entre las sedes por repartir figura un banco de inversiones para el Mediterráneo. Otra de ellas, la de la agencia de nuevas tecnologías, que Suecia no parece dispuesta a ceder, no tiene definida ni su estructura ni sus competencias. 'Está en fase embrionaria. No sería una alternativa a corto plazo', declaró ayer al respecto el nuevo secretario de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, Jordi Alvinyà.
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