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Reportaje:RAÍCES

La capital de la España libre

Moreno Alonso relata la lucha de la Junta Suprema de Sevilla contra la invasión de Napoleón

Manuel Moreno Alonso acaba de concluir su trilogía sobre la invasión napoleónica en Sevilla con un libro que retrata unos hechos que cambiaron el rumbo de la historia. La Junta Suprema de Sevilla describe la reacción contra la invasión francesa y la cimentación de unas nuevas formas sociales que quebraron el Antiguo Régimen.

La invasión francesa abrió en 1808 la caja de los truenos en España. Originó una sublevación popular que desembocó en la Guerra de la Independencia y en la explosión del Antiguo Régimen. Fruto de esa crisis surgió en 1812 la Constitución de Cádiz.

La insurrección contra los invasores del 2 de mayo de 1808 prendió como el fuego en paja seca. Las juntas revolucionarias locales se hicieron con el poder ante el vacío dejado por las instituciones centrales. La Junta Suprema de Sevilla se proclamó el 26 de mayo y fue motor esencial de la rebelión. El historiador Manuel Moreno Alonso acaba de publicar La Junta Suprema de Sevilla (Alfar), un estudio sobre la institución que cierra su trilogía dedicada a esta época convulsa. Los dos libros anteriores fueron Sevilla napoleónica (1995) y La revolución 'santa' de Sevilla. La revuelta popular de 1808 (Caja San Fernando).

'Desde la conquista de Sevilla por San Fernando el momento más trascendental de su historia es éste. Sevilla vuelve a ser capital política de la España libre. Madrid está ocupado por el Ejército de Napoleón. Hay una resistencia contra los franceses y la administración central patriota se viene a Sevilla', explica Moreno Alonso, que es profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Sevilla.

'El Ejército de la Junta Suprema de Sevilla obtiene la victoria de Bailén. Luego vendrá la reconquista de Madrid. José I Bonaparte retrocede a Vitoria. Se produce el enfrentamiento entre la Junta Suprema de Sevilla, que tiene su sede en el Alcázar, y la Junta Central, que, tras ser derrotada, busca refugio en Sevilla. Es un enfrentamiento entre el poder autóctono y el central', recuerda el historiador.

'Lo curioso de la Junta Suprema de Sevilla es que declara la guerra a Napoleón, envía embajadores a Inglaterra y otros países europeos. Arbitra una política y triunfa. Cuando veo esas imágenes de Afganistán, con gente fanática debatiendo y proponiendo cosas, me recuerda en parte a la Junta de Sevilla. Había una confusión de los hechos y las ideas. Por eso, en el extranjero tuvo un impacto increíble', dice Moreno Alonso.

El pueblo jugó un papel activo en la política tras estar sometido en el Antiguo Régimen. 'De una manera autóctona, espontánea, existe un gobierno que por primera vez recurre al pueblo, que funciona con una constitución medio republicana. Aunque lo dominan clérigos. Un clérigo intenta formar una república puritana: el padre Gil, una especie de Cromwell. Blanco-White y Marx fueron cronistas de la Junta. Cuando Marx estudiaba la historia de España, leyó los artículos de Blanco-White sobre la Junta y le debieron de impresionar', agrega.

La Junta trajo los aires nuevos que habían surgido con la Ilustración. 'Se quiebra el poder del rey y de forma espontánea se produce el contrato social de Rousseau: el pueblo recupera el poder', sostiene Moreno Alonso.

La historia de la Junta Suprema de Sevilla tiene un ritmo vertiginoso, lleno de pasión y sangre, de actos sublimes y despreciables. 'Son circunstancias excepcionales en las que se aprecian las miserias y grandezas del ser humano. Aparecen rivalidades y envidias entre sus integrantes, sumisión a decisiones ajenas, reacciones ante momentos especialmente graves... Es un microcosmos de un gobierno en circunstancias excepcionales ante un vacío de poder', concluye el historiador.

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