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Ford cierra 2001 con unas pérdidas de 6.162 millones de euros tras la crisis de los neumáticos defectuosos

Ford, segundo fabricante mundial de automóviles, cerró 2001 con unas desastrosas pérdidas netas de 5.450 millones de dólares (6.162 millones de euros, un billón de pesetas), primer año en números rojos desde los 7.400 millones negativos de 1992. Gran parte de la carga se debe a la provisión de 4.100 millones de dólares relacionada con la reestructuración anunciada hace una semana.

Bill Ford, presidente de la compañía desde el pasado mes de octubre, calificó de inaceptables los resultados, que sin la provisión especial de los 4.100 millones dejaron un cuarto trimestre con pérdidas totales de 860 millones de dólares, a sumar a los 1.400 negativos de los dos trimestres anteriores. En el pasado trimestre, el mercado de América del Norte, que incluye Canadá y México, generó pérdidas de 916 millones en operaciones estrictamente automovilísticas. Europa rindió 266 millones en beneficios, tras producir el año pasado 35 millones de pérdidas.

El fabricante, muy tocado por los 3.000 millones dedicados a compensar por los neumáticos de Firestone con los que volcaban los todoterreno Ford Explorer y excesivos casos de mala calidad en sus productos, perdió el año pasado un punto de cuota de mercado en Estados Unidos. Para salir de la crisis, la pasada semana presentó un drástico plan que pasa por la eliminación de 35.000 puestos de trabajo en todo el mundo, el 10% de la nómina total, el cierre de cinco plantas en Estados Unidos y Canadá y la discontinuidad de cuatro modelos.

Ford va a bajar un 3% la producción durante el próximo trimestre para acomodarse a un año de menor demanda en Estados Unidos tras el éxito de ventas del 2001, que con 17,2 millones de unidades estuvo muy cerca del récord absoluto de 17,4 millones del año anterior, gracias a la promoción de ventas a plazos sin intereses emprendida para incentivar el movimiento tras los ataques del 11 de septiembre. Los fabricantes esperan para 2002 entre un 10% y un 15% menos de ventas, en torno a los 15,5 millones de unidades.

El objetivo que se ha marcado Bill Ford es generar beneficios de unos 7.000 millones de dólares para mediados de la década, para lo que se van a poner en venta negocios marginales como la cadena de garajes Kwik Fit. La consigna es centrarse en el negocio histórico y producir calidad y variedad.

Nick Scheele, que devolvió los beneficios a las operaciones en Europa, ha prometido que en los próximos años Ford sacará una veintena de coches nuevos por ejercicio. La compañía también quiere subrayar la división de calidad del grupo, el Premier Automotive Club, que da beneficios y agrupa a las marcas Lincoln, Jaguar, Land Rover, Volvo y Aston Martin.

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