En recuerdo de Carmen Cardo
Con el corazón destrozado y la cabeza repleta de recuerdos de niñez, me permito rendir este modesto homenaje a Carmen Cardo, de oficio carcasera, lo que siempre quiso ser.
Lamento que a este texto no se le dé la importancia y el tratamiento que ha tenido tu desaparición y las circunstancias que la rodearon, parece que a la gente le gusta la tragedia y el morbo, eso vende. Recuerdo cuando no hace muchos días, te visitamos en la caseta, y nos explicabas una vez más, cómo hacías las carcasas, el cariño y el amor que ponías en cada una de ellas y al preguntarte por Víktor, con tu sonrisa de siempre me contestaste 'éste es bon xic'. Lo habías apadrinado, estaba a tu cargo aprendiendo uno de los trabajos más importantes del taller y a expresarse correctamente en castellano, incluso pretendías que hablase valenciano. Por desgracia hoy no estáis entre nosotros, un lamentable accidente nos ha dejado sin vuestra presencia. Creo que es justo que alguien deje constancia de tu gran profesionalidad y buen hacer. Los humanos nos equivocamos, cometemos errores. Se dice que cometiste un error, pero estoy convencido de que no fue así, o al menos no fue solo este hecho el que desencadeno el accidente.
No dejo de preguntarme qué hemos hecho mal, qué hemos dejado de hacer, qué más podemos hacer, tratando de encontrar respuestas para que no puedan repetirse accidentes similares. Cuando la nube que en estos momentos me impide ver con claridad se disipe, sé que allá donde estés, cuento contigo para encontrar estas respuestas y una vez más, habrás ayudado a los demás. Gracias Carmen.
