_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La mariposa

Juan Cruz

Un amigo regala frases, como dardos. Este mediodía nos ha mirado, nos ha visto hablar de la vida cotidiana, del sufrimiento de las palabras y también del sudor de vivir, y cuando ya nos vio plenos del pesimismo que, como dice Eduardo Mendoza, vestía Pío Baroja, nos alivió el pasado, o lo aclaró, con esta sentencia de Larra: 'Estamos al final de una jornada sin haberla recorrido'.

La dejó ahí, quieta, y cada uno de nosotros se hizo, interior, el comentario de texto, al que él (es Fernando Lázaro, el académico) nos acostumbró y nos acostumbra, habiéndonos llevado de la mano a la literatura clásica y lanzándonos cada mes, sobre las palabras que improvisamos u olvidamos, el dardo que no cesa. 'Estamos al final de una jornada sin haberla recorrido'.

Cuando oímos una palabra, una frase, o incluso cuando olemos un olor ya conocido, el mundo entero -el mundo que hemos vivido- viene otra vez a darnos noticias, resucita entre nosotros y a veces frases como esa que Larra escribió -sin duda como una autobiografía- nos traen de nuevo la vida que hemos tenido, la jornada diaria. Esa solemnidad que llamamos vida cotidiana es el conjunto infinito de esfuerzos inútiles cuya melancolía final nos lleva a un río que jamás termina. No hay final, el final es el principio del río siguiente. Le leí la frase de Larra a Juan Gelman, el poeta argentino, y con esa voz que parece seguir fumando dijo desde el otro lado de un teléfono que ahora une océanos e incertidumbre: 'Hermosa. El cauce de un río que nunca existió'. Con esa frase en la memoria, como un olor, viajamos por el centro de Madrid, vemos mendigos y luces bajo el cielo gris de una ciudad que parece un río de ruido y nada sobre los que circulan ciudadanos que parecen huir hacia un cine que está cerrado. La vida es así, y está siendo así, como si le hubieran puesto corchetes. Antes de haberla recorrido ya cansa, ya desprende la impresión de que ni siquiera existió cuando regresa de nuevo y sigue siendo así otra vez y para todo el día. Habrá en el camino una mariposa, la habrá. Dijo Tonino Guerra, el poeta italiano, al salir de la cárcel de exterminio en la Alemania nazi: 'Me di cuenta entonces de que era maravilloso ver una mariposa sin tener deseos de comértela. Esa era la alegría'. Vendrá la mariposa, eso es seguro.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_