Un ingeniero español montaun proveedor en Benin que da acceso al correo de 50 ONG
Encontrar un teléfono en el norte de Benin es tan complicado como encontrar un taxi con aire acondicionado en Madrid. Entrar en la Red es poco menos que una quimera, imposible.
Salvo en Parakou (200.000 habitantes), donde hay una discreta entrada a Internet que permite usar el correo electrónico. Un joven ingeniero español ha montado un Proveedor de Acceso a Internet (ISP) con un servidor y unos cuantos ordenadores recibidos de donaciones. Junto a un par de informáticos africanos recién licenciados se las ingenian para mantener el servicio.
El modesto ISP sirve correo electrónico a 52 ONG y a tres misiones, que trabajan en los alrededores de Parakou. La región de Borgou, dejada de la mano de Dios, pero no del arzobispado católico que respalda el proyecto BorgouNET, dispone del servicio desde agosto de 2000.
'Cuando llegué a Parakou', señala Javier Simó, ingeniero de telecomunicaciones de 31 años, 'sólo había una central analógica de unos 40 años' y un manojo de líneas de teléfono, a pesar de ser la capital del norte de Benin. La conexión a Internet resultaba prácticamente imposible.
Costes prohibitivos
La comunicación con la capital Cotonou, donde se encuentran los proveedores, se cortaba constantemente. El coste de navegar resulta prohibitivo (entre 180 y 1.350 pesetas la hora). Las organizaciones a las que da acceso BorgouNET pagan ahora unas 2.500 pesetas mensuales, lo que permite al proyecto autofinanciarse. A falta de que les concedan una línea con conexión permanente, el servidor se conecta puntualmente cada hora a la Red y descarga el correo.
Benin, que se encuentra entre los países más pobres del planeta (según la ONU el 147º de 162º), carece de infraestructuras de telecomunicaciones básicas. 'Si vas hacia el norte desde Parakou no hay un teléfono en 100 kilómetros'.
Las líneas telefónicas son tan exóticas que la tribu de los Peul usan los cables para hacerse adornos de cobre, según cuenta Joaquín Seoane, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, que viajó para conocer el proyecto. La organización a la que pertenece, Ingenieros Sin Fronteras, respalda el proyecto en Parakou.
BorgouNET, según su responsable, pretende 'facilitar las labores a las ONG aprovechando las nuevas tecnologías'. El proyecto toma ahora nuevos derroteros, según Seoane, a la espera de financiación de un par de instituciones. Se tratará de llevar Internet hasta los pueblos cercanos que no tienen teléfono y tender una red que mejore el intercambio de información sobre salud.
La idea es extender los servicios del ISP gracias a conexiones inalámbricas de microondas (como las de los hornos) que tienen un alcance de 15 kilómetros y soportan el tráfico de webs, o bien usar conexiones de radio, con capacidad únicamente para correo electrónico y un alcance de 50 kilómetros.
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