El ciclo Larachí Flamenca, un programa de actuaciones de jóvenes artistas, en peligro por falta de patrocinadores

El proyecto para la promoción de jóvenes artistas Larachí Flamenca, que se desarrolló durante el pasado año en la sala La Fundición de Sevilla, corre peligro de desaparecer porque no encuentra patrocinadores. 'Tenemos toda la programación hecha, son 14 espectáculos en los que los artistas llevan tiempo trabajando, pero no encontramos quien nos apoye economicamente', dice Sharon Sapienza, coordinadora del ciclo que presentan Producciones Sonakay y la Asociación de Amigos del Teatro y de las Artes Escénicas de Sevilla (Ataes). El ciclo surgió para apoyar a los nuevos valores del flamenco, favorecer el intercambio entre ellos y ofrecerles un espacio digno para presentar su trabajo.

Entre febrero y junio de 2001, Larachí estrenó nueve espectáculos a los que asistieron cerca de 1.400 espectadores, lo que supone un 78% de ocupación de la sala La Fundición. El programa contó con un presupuesto de cuatro millones de pesetas, de los cuales dos los aportó la Fundación El Monte y 500.000 pesetas entre el Instituto de la Mujer y la Diputación de Sevilla. Este año, los organizadores no cuentan todavía con ninguna ayuda. El estreno del primer espectáculo, creado por el bailaor Juan Ogalla, estaba previsto para el 23 de este mes.

'El ciclo del año pasado funcionó muy bien en todos los sentidos. Incluso uno de los montajes, Mitos y tradición de los bailaores Juan Polvillo y Araceli de Alcalá, ha iniciado una gira internacional en Latinoamérica que este año continuará en Italia. Todo el mundo nos ha animado a seguir, pero necesitamos unos mínimos para poder presentar el flamenco de forma digna y nadie concreta su ayuda', comenta Sapienza.

La coordinadora de Sonakay asegura que no están dispuestos a 'tirar la toalla' y que, en el peor de los casos, tendrán que reducir el número de espectáculos o pedirle a los artistas que vayan a taquilla.

'No sería justo para ellos porque la sala de La Fundición es pequeña, tiene 150 localidades, y las entradas cuestan entre 4 y 6 euros. Hemos luchado desde el principio para ofrecer un escenario adecuado, con técnicos y equipos, para que los artistas puedan trabajar en condiciones, no como se hace en un bar', añade.