El Celta pierde el hilo del campeonato

Todo iba bien en el Celta cuando contaba con los justos. De la recobrada abundancia de futbolistas para elegir surgieron los problemas, y por la transición entre los emergentes y la vieja guardia, ejecutada a machete en la segunda mitad por Víctor Fernández, se coló un Osasuna ambicioso. El segundo petardazo consecutivo de los celestes en Balaídos les aleja de la cabeza de la tabla, a la que tanto trabajo les había costado acercarse. Recuperados Mostovoi y Gustavo López, el entrenador céltico escuchó los consejos de Catanha, que declaró sus preferencias por sus sustitutos Edu y Jesuli. No fue sensacional el fútbol con que arrancó el Celta, pero le alcanzó para adelantarse en el marcador y vivir una primera hora de gobierno del encuentro.

Llegó la hora de los anunciados cambios y el Celta perdió el hilo del partido. Lo que el derrotista ánimo de Balaídos presagiaba para los minutos finales, al estilo del reciente partido frente al Rayo, se adelantó casi media hora con el gol de Cruchaga. El relevo de Cáceres por Sergio no evitó los problemas que acucian al Celta en los balones altos, y al primero que sobrevoló la portería local lo recogió Cavallero de la red. Emprendió entonces el equipo la batalla del balón al área, pero al Celta jamás le ha dado resultado renunciar a sus principios.