Filigranas con el balón
Quienes creen que la insistencia por la calidad y el buen hacer pueden competir contra la opresión de una campaña de mercadotecnia tienen más de razón desde el lanzamiento de Pro Evolution Soccer para PlayStation 2. Son muchos años de evolución los que lleva a cuestas el equipo de Konami Tokio. Pro Evolution Soccer amplía las fronteras que las limitaciones técnicas le imponían en el pasado, expandiéndose a su antojo en la consola de 128 bits de Sony, regalando a la vista gráficos espectaculares, estadios enormes repletos de público ondeando las banderas de sus equipos, con jugadores con un nivel de detalle que permite reconocerles en el campo y un sinfín de detalles que se convierten en mera comparsa cuando el usuario comprueba que lo mejor de este título es cómo se juega y no su apariencia. Konami da al entorno cierta importancia, pero no la que le daría si tuviera la licencia oficial FIFA, gracias a la cual podría usar los nombres de jugadores, equipos y estadios reales. Ese mal menor se suplanta con un editor que permite al usuario introducir a mano los nombres que él desee, consiguiendo así, al límite de la legalidad, que el juego muestre lo que el usuario desea ver.
Pro Evolution Soccer
Género: Deportivo Fabricante: KCET Distribuye: Konami Plataforma: PlayStation 2 Edades: Todos los públicos Precio: 59,5 ¤ (9.900 pta.) Internet: www.kcet.co.jp
Los distintos modos de juego abarcan el partido amistoso, la tanda de penaltis, la liga, la Master League, el entrenamiento y la copa, en la que se incluyen la Eurocopa, la copa de África, la de América, Asia, la Konami Cup y el Mundial.
La sensación de estar disputando un verdadero partido una tarde de domingo es muy elevada. La realización de la televisión virtual muestra cómo los jugadores saltan al campo en medio del griterío de las aficiones, cómo llegan al círculo central donde posan para la foto de grupo y cómo acuden a sus posiciones. A partir de ese momento el control está en manos del jugador, que dispone de cuatro toques básicos: centro, disparo, pase corto y pase en profundidad, todos ellos modificables para envenenarlos, darles efecto, elevarlos... las combinaciones son múltiples. El equipo se comporta con una coherencia pasmosa, incluidos los porteros, que pueden llegar a provocar penalti al avanzarse y lanzarse a los pies de un delantero. Después de eso, suponiendo que le guste el fútbol, el jugador se dejará caer dócilmente en el abrazo de adicción que Pro Evolution Soccer proporciona a sus víctimas.
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