'Estoy en contra del 'todo vale' para que suba la acción'

Isidro Fainé (Manresa, Barcelona, 1942), director general de La Caixa, fue nombrado recientemente presidente del Club de Roma en España, un foro de reflexión no gubernamental que reúne a científicos, economistas, empresarios, altos funcionarios internacionales, jefes y ex jefes de Estado de los cinco continentes.

Pregunta. ¿Qué tarea prioritaria se propone acometer como presidente del Club de Roma?

Respuesta. El Club de Roma es un foro de debate sobre los grandes temas que preocupan hoy a la humanidad, como la inmigración, la pobreza, la marginación, la globalización, la sostenibilidad del medio ambiente o los discapacitados, entre otros. El objetivo es sacudir la conciencia de quienes tienen capacidad de decidir, políticos, empresarios, científicos, pensadores y directivos, acerca de la existencia de esta realidad, recordar que existe. Pretendemos que se impliquen más en estos temas.

El objetivo de La Caixa es contar con un 12% o 13% del mercado español

Puede haber reajustes en las empresas si viene, como posiblemente vendrá, un ciclo recesivo

P. ¿De qué manera?

R. Mediante la participación en los foros de discusión. Estamos desarrollando una serie de encuentros en Madrid y Barcelona, que pronto extenderemos a Valencia y a Bilbao, para discutir estos temas. Tenemos un listado de 46 asuntos que proyectamos tratar, desde el terrorismo a la capa de ozono, pasando por las universidades, los productos transgénicos o la gobernabilidad de Europa. Hay que implicar a la empresa para buscar soluciones. Si me he metido en esto es porque tengo esta inquietud social. No quiero ser un ejecutivo sólo preocupado por los resultados de su compañía, que lo estoy.

P. No parece, a priori, que el mundo empresarial vaya a mostrarse entusiasta con inquietudes similares a las de los grupos antiglobalización.

R. Las inquietudes y las ilusiones son patrimonio de todos. Las personas se motivan con ideales, no sólo con resultados o con dinero. Por ejemplo, uno de los motivos por los que muchos empresarios y directivos, yo entre ellos, trabajan con ilusión es por la creación de empleo. Pero déjeme que le hable un poco de La Caixa. Aquí trabajamos teniendo en cuenta una serie de valores, definidos por los propios empleados a través de una encuesta, como la honestidad, la confianza, la responsabilidad, la calidad o la profesionalidad. Conocer estos valores, fomentarlos, es una parte importantísima de nuestra forma de gestionar. Como dice nuestro presidente, Josep Vilarasau, no se trata de que seamos los primeros, se trata de que seamos los mejores, y para ello son muy importantes estos valores.

P. ¿Qué le parecen los despidos masivos en empresas con beneficios?

R. Lo importante es salvar la empresa. A veces, para conseguirlo, no hay más remedio que practicar un poco de cirugía y reducir un área. Pero yo estoy en contra del todo vale mientras o para que la acción suba. Si defiendo la creación de empleo, no puedo comulgar con esta filosofía. He tenido algunas broncas por este tema. Pero puede haber reajustes en las empresas si viene, como posiblemente vendrá, un ciclo recesivo, pero ha de ser coyuntural y con el compromiso implícito de volver a crear empleo, que es lo que, al fin y al cabo, asegura la continuidad de la empresa.

P. ¿Cómo está afectando la desaceleración a La Caixa?

R. España, por ahora, está un poco al margen del ciclo recesivo que afecta a Estados Unidos, Japón o Alemania. Y nosotros estamos, básicamente, en España, lo que nos permite estar en una situación de cierto privilegio. Por ello, las grandes cifras del negocio de La Caixa en España como, por ejemplo, el crédito está subiendo a un ritmo anual del 20% y, en cuanto al número de créditos, al 12%. De cara al año próximo, seguirá creciendo, aunque no tanto, estabilizándose en torno a un 14%. En cuanto al pasivo y los servicios, esperamos que crezcan en torno al 10%. Todo ese mayor volumen compensa, y seguirá compensando, la pérdida de márgenes por la bajada de tipos. Y, por otra parte, tenemos una morosidad muy baja, del 0,42%, menor de la mitad de la media del sector.

P. De los 697 millones de euros que ganó el grupo La Caixa hasta el 30 de septiembre, una parte significativa vino de dividendos de las participaciones. ¿Por eso ganan más aunque bajen los tipos?

R. Hagamos un poco de historia. La Caixa, hace muchos años, decidió diversificar sus inversiones y dedicar una parte importante de sus recursos a tomar participaciones en empresas, principalmente de servicios, que tenían en común una gestión históricamente reconocida y una alta seguridad. Aquélla fue, sin duda alguna, una gran decisión del equipo dirigido por Josep Vilarasau, cuyo responsable en estas cuestiones, entre otras, era Antonio Brufau. Se han invertido alrededor de 2,4 billones de pesetas, cuya rentabilidad, entre dividendos y puesta en equivalencia, sería muy parecida si hubieran seguido formado parte de la cartera creditica de La Caixa. Es decir, que, de una manera u otra, aquellos 2,4 billones aportan el 25% de todos los ingresos que genera la entidad, contabilizando los ingresos financieros, las comisiones netas, los resultados de operaciones financieras y los propios dividendos y la puesta en equivalencia. Hoy tenemos ya más oficinas fuera de Cataluña (2.600) que dentro (1.800). Nuestro objetivo es contar con un 12% o 13% del mercado español, y hoy contamos con el 8%.

P. Con la entrada en Panrico pareció inaugurarse una nueva estrategia inversora fuera de las empresas de servicios y las telecomunicaciones. ¿Planean más operaciones así?

R. Panrico era, desde hace tiempo, un cliente importante de La Caixa y conocíamos bien la empresa. En un momento determinado, pensamos en la posibilidad de tener una sociedad de capital desarrollo, para ayudar a sociedades con buenos proyectos y necesidad de dar un salto adelante. Nuestra entrada en Panrico va en esta dirección.

P. ¿Qué ha resuelto el cambio de estructura en la cúpula directiva de La Caixa de 1999?

R. Los hechos siempre van por delante de la estructura. Existe un director general de la entidad, que soy yo, y un director general del grupo industrial, que es Antoni Brufau. Jugamos de memoria, porque tenemos una distribución por competencias clara, de modo que cada uno sabe lo que tiene que hacer y nos ayudamos mutuamente, pero las decisiones se toman siempre en equipo, en el comité de dirección, lo que no es muy fácil encontrar en muchas organizaciones. Sabemos discutir de forma positiva sabiendo que en un equipo, para progresar, es bueno contrastar pareceres distintos. Y además, si existe afecto y la confianza mutuos, todo es superable. En cuanto al presidente, Josep Vilarasau, tiene un bagaje histórico que le otorga un gran peso como directivo. Su experiencia es un paraguas para todos y nadie discute su liderazgo.

P. ¿Cómo afectará al plan de expansión de Acesa en América Latina la crisis argentina?

R. La adquisición del 48,6% de Grupo Concesionario del Oeste estaba bien asegurada. La autopista está muy bien situada, a la salida de Buenos Aires, pero no quisimos correr riesgos y pagamos una prima de riesgo, una medida que nos costó un 18,7%. Hicimos la cobertura a cinco años. No quisimos correr riesgos monetarios. Probablemente, el problema de este país es que no se han tomado decisiones a tiempo y ahora ha llegado el momento hacerlo.