De Sergi a Rivaldo, pasando de los fichajes
A falta de estructura de equipo, el Barça resolvió otro partido con el tridente, que ya lleva 19 goles sobre un total de 27. El esfuerzo de los jugadores resultó notable para sacar adelante un encuentro que tenía mala pinta, no por la actitud del Zaragoza, que se lo dejó hacer todo, sino porque hoy día no es fácil jugar en el Camp Nou dada la convulsión que sacude al club, convertido en una caldera, falto de criterio y, sobre todo, sobrado de nervios. Hablan unos y otros, tanto los que están dentro como los de fuera, y cada opinión es procesada por la hinchada como si fuera un testamento, de la misma manera que cualquier gesto se interpreta como una señal de algo trascendente. El protagonista de anoche fue Rivaldo, aclamado al final después de levantar al principio mucha bronca por sus declaraciones sobre la no conveniencia de que Brasil juegue un amistoso contra Cataluña. El referendum no afectó al brasileño, especialmente participativo, interesado en armar la jugada tanto como en rematarla, deseoso de capitalizar el resultado con independencia del signo. Pocos jugadores aguantan la presión como Rivaldo, que se ha convertido en el referente de un equipo que ha ido danto tantas vueltas que ayer acabó por cambiar de portero, justo por donde comienza la alineación. Reina debutó oficialmente este curso en sustitución de Bonano, vulnerable en el último partido, el del derby, que siempre deja secuelas en el perdedor. La suplencia del meta argentino dejó parado en la cancha a un Barça inédito y que expresa la política deportiva errática de la institución: de los trece jugadores contratados en las últimas dos temporadas, en las que el nuevo presidente Gaspart ha invertido 30.000 millones de pesetas, sólo dos figuraban en el once titular: Christanval y Saviola, contratado a última hora para combatir el efecto Zidane. Dutruel y Alfonso no cuentan; Petit ya fue traspasado y De la Peña devuelto; Overmars calentó banquillo al igual que Andersson, Bonano y Coco; Gerard está lesionado; y Geovanni y Rochemback han sido expedientados por faltar a tres entrenamientos tras las vacaciones. De lo que se deduce que Rexach pretende volver a empezar, y para el primer partido se valió de los dos símbolos más discutidos del barcelonismo: el crack (Rivaldo) y el capitán (Sergi), que a falta de extremos montó los dos goles. El entrenador así lo reconoció y les sustituyó para que recibieran al menos la ovación de una hinchada deseosa de aplaudirles tras silbarles. Fue, más que nada, un primer paso.
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