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Reportaje:

Los desafinados de la radio

Malagueños con trastornos psiquiátricos elaboran desde hace un año un programa de radio

Arremeten contra el burka impuesto por los talibanes a las mujeres afganas, critican la política imperialista de EE UU, se marean con el euro y acaban cargando contra el consumismo navideño. Romper barreras parece un programa radiofónico más. Pero no lo es. Es una experiencia pionera que ha sentado frente a los micrófonos de Radio Voz de Málaga a una decena de pacientes psiquiátricos con el objetivo de ayudarles a superar sus dificultades para comunicarse y de acabar con los prejuicios que pueda haber entre la audiencia hacia los enfermos mentales.

Félix Rodríguez, periodista de la emisora, estuvo casi un año enseñándoles a improvisar, a fundamentar un argumento, a no solaparse y a construir un debate radiofónico. Cuando llegó el momento de lanzar el programa, se planteó si debía entrar como moderador. Se arriesgó y decidió dejarlos completamente solos. No lo defraudaron. Desde octubre de 2000, cada martes, en el 88.4 de FM sacan adelante una hora de programación en directo y sin ayuda.

Nicolás Ojeda modera con soltura el programa. 'La sociedad tiene la idea de que las personas con trastorno mental van vestidas de Napoleón o se creen Jesucristo. Nosotros queremos demostrarles que el hecho de haber tenido algún trastorno no nos convierte en personas distintas', argumenta.

Sobre las siete de la tarde, una hora antes de cada programa, se reúnen en una cafetería próxima a la emisora. Discuten, intercambian ideas y fuman compulsivamente. A las ocho, puntualmente, todos se meten al estudio. Un jingle anuncia que están en el aire: 'Romper barreras, un debate algo desafinado para oídos cuerdos'.

Hoy, cómo no, la tertulia gira en torno a las fiestas navideñas. Paco Tiscar reprocha el consumismo de estas fechas y recomienda no gastar dinero hasta el 7 de enero. Manuel Blanca tercia y recuerda que la próxima lotería será en euros. A continuación se luce citando a Bernard Shaw, quien dijo que 'la lotería es el impuesto de los tontos'. Toñi López, la única chica del grupo y que hace las veces de moderadora cuando falta Nicolás, lamenta que tantos excesos navideños desvirtúen la verdadera celebración que es 'el nacimiento de un salvador espiritual'.

Por momentos, la tertulia se enrevesa con disquisiciones religiosas y recurrentes alusiones a la guerra en Afganistán. Pero al final, el diálogo fluye. Todo un mérito si se tiene en cuenta que los contertulios han sufrido trastornos graves, han pasado por centros psiquiátricos, y han superado distintas adicciones y hasta intentos de suicidio. 'Ese es el objetivo del proyecto, que en vez de estar encerrados en sus casas y en sí mismos se enganchen a la vida', resume Blanca Moreno, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga y madre de la iniciativa.

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Objetivo doble

El proyecto comenzó en 1999, con las prácticas en la Escuela de Ciencias de la Información. La emisión del programa empezó mucho más tarde, en octubre de 2000. Moreno aclara que en un principio la iniciativa iba dirigida a enfermos esquizofrénicos, pero que luego se amplió a otras patologías psiquiátricas. La impulsora de la idea explica que el objetivo era doble: 'terapéutico, a fin de formar, motivar y potenciar las relaciones sociales de los enfermos sin caer en el tradicional taller de cerámica o jardinería; y social, de cara a romper los prejuicios que hay en la sociedad hacia estos pacientes'.

El proyecto contó con el apoyo de la Universidad de Málaga, de la Facultad de Ciencias de la Información, de Radio Voz y de la Asociación de Familiares de Enfermos Esquizofrénicos. Sorprendentemente, no obtuvo ninguna respuesta de entidades dedicadas a la integración social del enfermo mental. ¿Y por qué un programa radiofónico? Moreno explica que 'el primer problema de estas patologías son las habilidades sociales y de comunicación'. Por eso la radio le pareció la herramienta más adecuada para abordarlas.

Cada martes, la impulsora del proyecto sigue de cerca la emisión del programa. 'Nadie apostaba un duro porque esto saliera adelante', comenta con orgullo viendo a los contertulios enfrascarse en el debate. Dice que desde que comenzaron el programa, su evolución es 'evidente'. Un dato que corroboran los trabajadores de la radio y los propios pacientes. Juan Sánchez, contertulio y responsable de seleccionar la música del programa, confirma que Romper barreras le ha ayudado a mejorar sus relaciones sociales a la vez que le ha enriquecido.

La muestra de que esta terapia radiofónica funciona se ve de forma palpable al final de la emisión. Cuando salen del estudio y una vez encendido el ansiado cigarrillo, comentan con desparpajo los aciertos y errores del programa. Tras el intercambio de opiniones, barajan temas para la próxima emisión y quedan para una comida navideña. Alguno incluso aprovecha que son el centro de atención para reclamar a las administraciones públicas más inversiones en salud mental. Todos coinciden en la reivindicación, apuran sus cigarrillos y luego se marchan.

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