'¡Ay, mamá, arbitro en el Bernabéu!'
Carolina Domenech, hija y esposa de árbitro, primera mujer que pita un partido en Chamartín
'¡Ay, ay, mamá! Me acaban de decir que voy a arbitrar el Madrid-Atlético en el Bernabéu'. A Carolina Domenech Ceballos (25 años) le faltó tiempo para aguantar la emoción y dar la noticia a María, su madre, con la que comparte trabajo diario en la tienda de muebles de cocina que tiene la familia en Palma de Mallorca.
Carolina Domenech, árbitra de Segunda División B, fue un atractivo más del partido de anoche, detalle que no pasaron por alto los promotores del evento a la hora de pedir su presencia a la organización arbitral. Barajaron también la posibilidad de que sus asistentes en las bandas así como el cuarto árbitro fuesen mujeres, pero al final se decantaron por hombres. Esto provocó que Carolina estrenase anoche un vestuario femenino habilitado en Chamartín en su última reforma.
Esta colegiada, hija de un ex árbitro de Primera, José Domenech Riera, actual presidente del Comité balear, y esposa de otro árbitro asistente, hizo ayer historia. Se convirtió en la primera mujer en arbitrar en el Santiago Bernabéu. 'Cada vez que pasaba por Madrid intentaba acercarse al Bernabéu con la ilusión de que algún día se hiciese realidad el sueño que anoche vio cumplido', confesó su madre.
El partido de anoche fue también un hito para Carolina. Estrenó la escarapela de árbitro internacional -sólo existen otras dos mujeres en España con ese rango-, categoría que adquirió el primer día del año y que no pudo alcanzar antes por la edad. Domenech Ceballos se inició en el arbitraje hace ocho años. Es la mujer que ha alcanzado la mayor cota, después de que en 1998 ascendiera a Segunda B, categoría en la que milita. Meses después subió otro peldaño. El 22 de febrero de 1999 se convirtió en la primera mujer en participar en un partido de Primera, fue asistente en el Espanyol-Deportivo.
Carolina decidió no conceder entrevistas antes del partido de anoche. No hubiera hecho otra cosa ante el ritmo de peticiones recibidas. Su padre, que la acompañó a Madrid, se encargó de atenderlas y aseguró que incluso la llamaron de Buenos Aires. José Domenech afirmó que él, cuando fue árbitro, recibía más insultos que su hija. 'La afición y los jugadores', añadió, 'la respetan más'. Su madre confesó: 'Tengo asumido que la insulten y no me molesta'. Forma parte del 'sueldo', 133 euros (22.000 pesetas).
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