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Reportaje:

Arte en estado puro

Ocho jóvenes crean Sala de eStar, un local sin las limitaciones del mercado que muestra obra de otros artistas

Margot Molina

Utopía en estado puro. Son ocho jóvenes artistas, acaban de salir del cascarón de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla y dedican sus escasos ingresos a pagar el alquiler de un espacioso piso en la calle Trajano. Sala de eStar, como han bautizado a su cuartel general, está abierto 'a las más diversas y frescas propuestas culturales, sin la obligación de someterse a las normas impuestas por el mercado', dicen en su manifiesto.

'Estamos hartos de oír: en Sevilla se vive muy bien, pero si quieres hacer algo tendrás que marcharte a Londres, Amsterdam, Madrid o Barcelona', dice Ramón David Morales (Sevilla, 1977), uno de los ocho artistas que a finales de noviembre se embarcó en la creación 'de un espacio propicio para el intercambio de las más diversas ideas'.

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El grupo que ha puesto en marcha tan desinteresado proyecto ha conseguido ya lo que para ellos es más que una medalla. El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), concretamente el comisario de exposiciones José Lebrero, les ha enviado una carta felicitándolos por la iniciativa y pidiéndoles que les informen de todas sus actividades. La respuesta oficial de Sevilla se ha limitado a la visita de un galerista y el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo no ha mostrado aún curiosidad por este proyecto.

Los artistas han cursado todos Diseño en la facultad y algunos, como Nacho G. del Río (Sevilla, 1973), trabaja en publicidad desde hace tres años. El grupo ha aprovechado esa experiencia para diseñar una buena estrategia que incluye el mailing a todos los centros y museos de arte contemporáneo españoles, a galeristas y a muchos artistas. Entre sus planes para dar a conocer Sala de eStar destaca la idea de inaugurar el espacio con una exposición de Alonso Gil (Badajoz, 1966), un artista conocido a nivel nacional que ha sintonizado con la idea.

'Nosotros sabemos que nadie va a ir a casa a buscarnos para participar en una exposición y que llegar a las galerías de arte es cada vez más difícil, así que decidimos alquilar un espacio que nos sirviera como estudio y, además, para mostrar el trabajo de otros artistas tan jóvenes como nosotros', aclara José Alberto Medina (Sevilla, 1976).

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En Sala de eStar, el espacio que estrenaron el pasado 22 de noviembre con la exposición Incómodos de Alonso Gil, todo se hace como en las organizaciones no gubernamentales, 'sin ánimo de lucro'. Encontraron un piso antiguo en el número 44 la calle Trajano, muy cerca de la Alameda de Hércules (el área más alternativa del centro de Sevilla). Nada menos que 160 metros cuadrados con techos altos y habitaciones muy espaciosas que les cuesta 97.000 pesetas mensuales. Después de ganarle la batalla al gotelé (un acabado rugoso de la pintura) de las paredes, los recién licenciados se dedicaron a fisgar en los estudios de otros, mirar catálogos y atender las decenas de propuestas de colegas que querían colgar sus obras en las lisas y blancas paredes de Sala de eStar.

De izquierda a derecha, Ramón David Morales, Nacho G. del Río, Rosa Vives y José Alberto Medina, en la parte que dedican a su estudio de Sala de eStar.
De izquierda a derecha, Ramón David Morales, Nacho G. del Río, Rosa Vives y José Alberto Medina, en la parte que dedican a su estudio de Sala de eStar.ENCARNI MARÍN

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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