Vieira, otro francés muy cotizado
El jugador, que quiere dejar el Arsenal, se decanta por España porque dice que en Italia hay mucho racismo
Patrick Vieira (Dakar, 1976) es un gigantón de origen senegalés de casi dos metros de estatura que según France Football merece el galardón de mejor futbolista francés de 2001. Un tipo grande y duro que a sus 25 años es capitán del Arsenal. Un centrocampista todo terreno que ya es campeón del mundo y de Europa. 'Sólo se pueden decir cosas buenas de Vieira', ha dicho el francés más ilustre del momento, Zinedine Zidane, el único que cotiza por encima de Vieira en este momento. Un trabajador con unas gotas de glamour al que círculos íntimos de Florentino Pérez, el presidente madridista, sitúan la próxima temporada en el Real Madrid. Vieira, al que le quedan dos años de contrato con el club de Londres ya avisa: 'Es verdad que el Madrid me quiere. Si me marcho, los hinchas tendrán que entenderlo. Soy ambicioso'.
El verano pasado, después de firmar una temporada impecable en la Liga inglesa -jugó casi todos los partidos y anotó seis goles- ya anunció que su futuro no estaba en el Arsenal. Un tormentoso mes de agosto con más de una declaración rebelde del francés se cerró con la permanencia de Vieira en el equipo inglés, a pesar de haber afirmado con rotundidad: 'Mi ciclo en este equipo está acabado'. Este año el rumor de su marcha ha pasado de susurro a grito a viva voz. El agente de Vieira tiene la mochila repleta de ofertas, pero España parece que es su destino preferido. Hasta el punto de que un semanario británico, el Sunday Telegraph, aseguraba hace poco que el jugador 'ya tiene un profesor particular de español'.
Vieira, que esta temporada ha estado suspendido durante cinco partidos por propinar un codazo al ex jugador del Atlético Hasselbaink, tiene muy claro que su próximo destino no será Italia. 'No puedo soportar la atmósfera de racismo que hay en el calcio'. Hace dos años tuvo un fuerte encontronazo con Mihailovic, del Lazio, a quien acusó de haberle insultado gravemente durante un partido de Liga de Campeones. El francés también tuvo palabras para el público romano, que abucheaba cada vez que un jugador negro tenía la pelota. Pero los problemas con la lucha contra la discriminación de Vieira han sido constantes. El verano pasado denunció actitudes racistas en el vestuario del Arsenal y 'en casi todos los equipos ingleses'. Vieira colabora con una organización contra la intolerancia.
La fortaleza de este jugador francés y su gran envergadura le convierten en un futbolista duro. 'No es un ángel', concede su técnico, Arsène Wenger. Vieira es un recuperador de balones rocoso que no tiene escrúpulos a la hora de cortar el juego en el medio campo. Sin embargo, también es un jugador con llegada gracias a su enorme zancada y su potencia descomunal. 'Es el mejor en su puesto', y quien lo dice no es un cualquiera, sino Alex Ferguson, el eterno técnico del Manchester United.
Un futbolista de carácter, el más joven capitán de un equipo de la primera división francesa -lo fue con el Cannes, su primer club, con tan sólo 18 años- que, seguramente dirá adiós este año a los aficionados que le acaban de elegir mejor jugador del Arsenal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.