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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

Ibarretxe modifica sus exigencias para intentar demostrar que Hacienda no quiere negociar

Con semblante serio, pero satisfecha, la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, dio ayer en Vitoria un golpe de efecto. Habló de 'la prueba del algodón' y lanzó la pelota de la negociación del Concierto al tejado de la Administración central. Zenarruzabeitia, con una estrategia diseñada el sábado en Ajuria Enea, residencia del lehendakari, Juan José Ibarretxe, ha cogido aire después de dos días de asfixia. Con las diputaciones y la patronal vasca, Confebask, decepcionadas con su negativa a firmar un acuerdo sobre el Concierto el pasado jueves por la cuestión europea, la vicelehendakari ha buscado una vía de rectificación. Zenarruzabeitia salió así al paso de sus tres últimos días, en los que había negado que el jueves se hubiera alcanzado un acuerdo entre las instituciones vascas y el Ministerio de Hacienda en todos los aspectos de la negociación del Concierto Económico vasco a excepción del encaje en Europa.

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En el Gobierno vasco existe la sensación de que propongan lo que propongan el acuerdo va a ser prácticamente imposible por 'falta de voluntad política', tal y como han venido manifestando reiteradamente. Exactamente lo mismo que argumenta el Gobierno central. El desgaste entre las dos partes a través de los medios de comunicación se ha convertido ya en algo esencial de la negociación.

El Ejecutivo de Ibarretxe ha querido desde el primer momento salvar la cara y hacer constar que tenía una voluntad férrea de diálogo hasta el último momento. Ayer quiso poner al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, contra las cuerdas.La nueva propuesta es en esencia lo acordado el jueves y no pactado, salvo la cláusula europea y el periodo transitorio de seis meses. El viernes pasado Zenarruzabeitia vio cómo los empresarios vascos la conminaban a renunciar al acuerdo por Europa. Esta tesis, que fue defendida con vehemencia por el diputado general de Àlava, el popular Ramón Rabanera, era también sostenida por los responsables de las Haciendas de las otras dos diputaciones, en manos del PNV. Todos estaban satisfechos con el posible acuerdo y no entendían por qué no se posponía el tema europeo.

Desde el Ministerio de Hacienda se contestó ayer a la vicelehendakari que su proposición no era común a todas las instituciones vascas (diputaciones y Gobierno autónomo). Este comentario llevó de nuevo al desconcierto en Euskadi. Todas las instituciones forales la conocieron dentro de plazo. Álava, por ejemplo, la recibió en el fax de la Diputación 15 minutos antes de que la vicelehendakari la hiciese pública. Fuentes de la Hacienda alavesa señalaron que en lo sustancial, y tras un primer análisis, resumía lo hablado el jueves, pero que, sin embargo, se había modificado en parte la redacción y eso podría acarrear problemas.

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Las otras dos diputaciones, en manos nacionalistas, recalcaron que la propuesta estaba pactada. En cualquier caso, fuentes de estas haciendas señalaron que era en síntesis lo que Álava había demandado en la última reunión de la Comisión Mixta del Cupo.

Esta voluntad de las haciendas forales nacionalistas de crear una sensación de acuerdo responde a su deseo de conseguir cerrar el conflicto. Las diputaciones de Guipúzcoa y Vizcaya no expresaron su malestar en público tras la ruptura del jueves, pero tampoco su alegría. Ayer, Román Sudupe, diputado general de Guipúzcoa, en una entrevista en El Diario Vasco, no quiso hablar de acuerdo parcial y señaló que se habían 'acercado las posiciones en materia financiera' y 'alejado en lo referente a la cuestión europea'.

Una presión similar, pero pública, fue la de la patronal vasca, Confebask. Mientras el viernes se acercaba a las tesis del Gobierno central y no entendía la ruptura, ayer se alineaba con el Ejecutivo vasco y aplaudía la idea de 'aparcar la cuestión' de la presencia en Europa.

La prórroga unilateral por parte de la Administración central entra en vigor mañana. A los nacionalistas no les gusta, pero los expertos dicen que sin acuerdo es imprescindible para dar seguridad jurídica a los contribuyentes e inversores. La última escenificación de la negociación del Concierto no es más que el reflejo de la tensión permanente que se vive entre los gobiernos central y vasco y los partidos que los sostienen.

Confebask apuntó que no entendía la reacción contraria de la Administración central y la atribuyó a 'un deseo de plantear obstáculos'. Esta misma tesis defendió el PSE. Su portavoz parlamentario, Rodolfo Ares, dijo que el Gobierno central debería abrirse a la negociación para no seguir estancado en 'la confrontación'. Ares además calificó como 'realista' la propuesta de la vicelehendakari y emplazó a Montoro a 'acogerla con valentía'.

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