Valores imperecederos
En las últimas semanas se han juntado en el quiosco, el cine y las librerías diferentes documentos e informaciones relacionados con la guerra civil española 1936-1939. El excelente documento de Jaime Camino Los niños de Rusia nos ha recordado la huida de miles de niños españoles desde los diferentes puertos de la costa española: imágenes de archivo manchadas por el llanto de pequeños separados de sus padres. Uno de esos niños tiraba con fuerza de la falda de su madre en el puerto de Bilbao; camina con su maleta vieja mirando a la cámara y sin respuestas. Hoy nos lo cuenta con tristeza su protagonista. Pero la melancolía y tristeza de esos momentos que nos recuerda Jaime Camino contrastan con lo que nos cuenta Jorge Semprún en su artículo sobre el nuevo libro de Paul Nothomb, Malraux en España: la solidaridad, el compañerismo y la fraternidad. La escuadrilla de aviadores que formó Ma1raux en 1936 es un ejemplo de ese grupo combatiente unido, comprometido y luchador que se presentó en una guerra, una maldita guerra, para combatir algo que no era desconocido para Europa: el fascismo.
Otro acontecimiento literario del 2001 es el libro de Javier Cercas, Soldados de Salamina (Tusquets). El 'relato real' ha dejado huella de otro pequeño suceso que para quienes recuerden a Miralles no será banal, es más, retrato de nuestro luchador, siempre adelante, incansable y dispuesto al sacrificio. En todo esto queda una sensación paradójica. La España del 36 comienza a ser un recuerdo lejano y sin embargo nos aferramos cada vez más a los valores que defendieron los republicanos, socialistas, comunistas y todos los que lucharon en el bando derrotado.
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