El rompecabezas de la plaza de Lesseps
El Ayuntamiento aplaza la reforma integral de la zona hasta que llegue la línea 9 del metro
Cinco alcaldes para construirla y más de un mandato para reformarla. Es la plaza de Lesseps de Barcelona. Su reforma lleva camino de ser tan larga como lo fue el proceso para llegar a su actual configuración, que fue ideada por José María de Porcioles al final de la década de 1960 y tardó casi diez años en materializarse.
Veinte años después, en 1996, el Ayuntamiento decidió cambiar de nuevo la plaza para hacerla más habitable para las personas. Pero no hay forma de que el proyecto arranque. Ahora se ha decidido realizar la tan anunciada reforma en dos fases.
La primera se ejecutará, previsiblemente, el año próximo; pero la segunda, la que supone la modificación de prácticamente todos los viales de la plaza y la recuperación del espacio central para el uso ciudadano, aguardará a que llegue la línea 9 del metro.
El consistorio licitará en los próximos meses las obras de la parte superior de la plaza
Ideada por De Porcioles a finales de los sesenta, la plaza tardó 10 años en construirse
El consistorio prevé licitar la primera fase de las obras concentradas en la parte superior de la plaza y más concretamente en los laterales de la Travessera de Dalt. Los viales, que actualmente mueren al llegar a la avenida de la República Argentina, sobrepasarán esa calle y continuarán por delante de la iglesia de Sant Josep hasta llegar a General Mitre.
La reforma del complejo sistema de pasos elevados y semisoterrados quedará para más adelante. Y ese más adelante depende, según fuentes municipales, de los trabajos de la línea 9 del metro. Lesseps será precisamente el emplazamiento de un intercambiador de las líneas 3 y 9. Los responsables de Urbanismo explican que sería absurdo ahora reformar la plaza teniendo en cuenta que las obras del metro comportarán, muy probablemente, la afectación del lado mar de la plaza, algo que difícilmente ocurrirá antes de que acabe 2003, año de elecciones municipales. Lo cierto es que la única partida concreta -un millón de euros (166 millones de pesetas)- de inversión municipal de 2002 para esa zona de la ciudad es la de la biblioteca de Gràcia.
Otras voces, sin embargo, apuntan motivos diferentes para el aplazamiento de las obras de Lesseps. Uno, que comportarán importantes dificultades del tráfico y 'demasiadas' molestias al ciudadano en vísperas electorales. Y otro, que el esfuerzo inversor de la última etapa de este mandato se concentra en el Fòrum.
En 1996, la iniciativa de reformar la plaza partió del distrito de Gràcia, que consiguió que llegasen a un acuerdo todos los partidos políticos. Se llegó a convocar un concurso de ideas e incluso se puso fecha al inicio de las obras, previsto para el comienzo del nuevo mandato, en 1999, y se aproximó un presupuesto, calculado en 2.000 millones de pesetas.
Pero los cambios en el nuevo equipo de urbanismo municipal y, sobre todo, la preeminencia del arquitecto jefe, Josep Anton Acebillo, casi invalidaron aquel acuerdo del distrito. De todas formas, la reforma se incluyó en el Plan de Actuación Municipal. El Instituto Municipal de Urbanismo (IMU) convocó un concurso el año pasado y el proyecto de reforma elegido fue el presentado por los arquitectos Albert y David Viaplana, que prácticamente antes del verano ya tenían listo el plan integral de reforma.
Y ese plan anula los pasos subterráneos y semielevados que se concibieron en los años setenta, época en la que la ciudad se acomodó a la presión del vehículo. Ahora la reforma supone que sólo perviva el paso inferior de la ronda. Se apuesta por la conexión montaña-mar de las calles de la República Argentina con Gran de Gràcia y Príncep d'Astúries, Hospital Militar con Pérez Galdós y Mare de Déu del Coll y Torrent de l'Olla. Supone coser la cicatriz abierta entre las dos partes del distrito y apuesta también por recuperar un espacio público útil de verdad, ya que la zona verde actual del espacio central de la plaza no cumple esa misión porque es de difícil acceso y, además, está rodeada de un tráfico incesante.
'Si algo caracterizó la obra de la actual plaza de Lesseps es que se intentó hacer escatimando información, lo que finalmente llegó a provocar una auténtica polvareda y movilización vecinal', recuerda el arquitecto Salvador Tarragó, uno de los más activos en el movimiento contra la reforma y responsable de la revista Cau, del Colegio de Aparejadores.
'La idea fue de Porcioles. Quiso presentar el proyecto de la plaza coincidiendo con la fiesta de Sant Josep, tal como había hecho con otros proyectos, y conseguir prolongar su permanencia en la alcaldía', explica Tarragó. Añade que, con ese objetivo, el entonces alcalde organizó en el edificio de la Santa Creu una exposición que presentaba la plaza con un gran scalextric por encima y suponía destrozar la configuración de Lesseps en aquella época: un gran espacio de paseo.
El Colegio de Arquitectos organizó una contraexposiciòn. 'Se denunciaba que se trataba de un proyecto especulativo que sólo obedecía a los intereses de las clases acomodadas que vivían en Mitre, que eran las que tenían más vehículos', continúa relatando Tarragó.
Lo cierto es que Porcioles no consiguió su propósito y el diseño de la plaza sufrió sucesivos cambios. A la propuesta de paso elevado le sustituyó otra completamente opuesta: un paso subterráneo. De nuevo, otro cambio:enlaces elevados. Al final, ya en el mandato de Enric Masó, se optó por una solución intermedia que en aquella época fue aceptada: un sistema de enlaces elevados para conectar Mitre con la Travessera de Dalt. La plaza, de todas formas, no se acabó completamente hasta 1978, y en ese tiempo pasaron por la alcaldía, además de De Porcioles y Masó, Joaquim Viola, José María Socías y Manuel Font.
'La entonces llamada solución Masó pareció la menos mala, aunque a la larga se demostró la perversidad del proyecto, que robó la plaza a los peatones para entregársela a los vehículos', comenta Tarragó. Para este arquitecto, los errores cometidos en el pasado deberían servir ahora 'para que el proceso de reforma de la plaza cuente con la participación que se merece un proyecto de este tipo'.
Sin embargo, tal y como están ahora las cosas, habrá que conformarse con un comienzo modesto. La primera pieza de la plaza de Lesseps que tomará forma será la biblioteca central del distrito. El proyecto presentado por el arquitecto Pep Llinàs fue el ganador del concurso.
Se tratará de un edificio con forma de hexágono alargado que se levantará dentro del previsto pasillo verde entre el Hospital Militar y la plaza de Lesseps. La biblioteca tendrá 5.500 metros cuadrados distribuidos en planta baja y dos pisos. El presupuesto inicial es de 800 millones de pesetas.
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