"El ministro Rajoy es un gran cínico"

P. ¿Se ve en un futuro dirigiendo el sistema financiero único que defiende?

R. Ni me veo así, ni me veo presidenta de EE UU.

P. ¿Y de alcaldesa de Málaga?

R. Tampoco.

P. Sin embargo, la incluyen a usted en todas las quinielas.

R. Y también en todas las maldades que pasan en Andalucía, pero algunas no las hago yo.

P. ¿Cuál es la última?

R. El otro día Antonio Sanz dijo que no transferían las políticas activas de empleo por mi culpa. Cosas como ésas, surrealistas. Todo lo que pasa mal de vez en cuando me lo imputan a mí.

P. Entonces, en esta alineación malagueña con Oliva, Gómez, Álvarez, Plata, Alonso y Asenjo...

R. ...yo no soy el portero.

P. De alcaldesa de Málaga se pasa a ministra de Salud...

R. No voy a seguir la estela de la antigua alcaldesa de Málaga en nada. No nos parecemos en nada, sólo en que somos mujeres. Gracias a Dios somos bien distintas y no creo que haya que establecer ningún paralelismo. Yo por lo menos hasta ruego que no establezcan paralelismos.

P. ¿Se lleva peor la política siendo mujer?

R. Siendo mujer las cosas siempre son más difíciles en cualquier ámbito de la vida, menos en tener hijos: somos nosotras las que los tenemos exclusivamente. En todo lo demás, las mujeres tenemos mayores dificultades, sobre todo en el ámbito laboral. Siempre las hemos tenido.

P. ¿Hay machismo en el entorno en que trabaja?

R. Hay machismo en el mundo en general.

P. ¿Y en el suyo en particular?

R. Hay personas que son machistas y otras que no, en el mismo porcentaje que en el resto de la sociedad. Hay personas que procuran no serlo, aún siéndolo, otros que no lo son y otros que lo son y procuran seguir siéndolo.

P. Ponga nombres...

R. Ya lo saben ellos. En el pecado llevan la penitencia.

P. ¿Le tienen envidia?

R. No. Si alguien me tiene envidia está muy equivocado. No hay ningún motivo.

P. ¿Qué le molesta?

R. Muchas veces mi forma de comportarme se interpreta en clave de hombre: donde un hombre es firme, una mujer es autoritaria, soberbia o prepotente. De un hombre se valora que sepa y una mujer incluso tiene que disimular que sabe para no ofender al contrario, entre comillas. Una mujer es sabidilla, donde un hombre está bien preparado. Es la diferencia de calificativos ante un mismo hecho. O sea, lo que son cualidades en los hombres en las mujeres son defectos.

P. Rajoy pasa por ser uno de los políticos del Gobierno del PP más correcto y educado, políticamente hablando. Sin embargo usted tuvo diferencias con él. ¿Está de acuerdo con esa idea?

R. No. Creo que es un gran cínico, porque es una persona que aparenta una cosa y es todo lo contrario. Me remito a las cintas que se grabaron en la comisión mixta de transferencias en enero de 1997, en las que de una forma expresa ofendió a Andalucía, pero salió lloriqueando a los periodistas diciéndoles que nosotros habíamos ofendido al Gobierno de España.

P. ¿Qué pasó con esas cintas?

R. Las hemos reclamado en los tribunales, pero si te he visto no me acuerdo.

P. ¿Por qué ocultarlas?

R. Recuerdo que le estaba pidiendo más dinero para la educación andaluza. Rajoy me dijo riéndose que se le estaba enterneciendo el corazón. Y no quiso votar lo que estábamos planteando: que aceptábamos el sistema de financiación si realmente nos daban lo que Javier Arenas había prometido. Aprovecho esta ocasión para pedirle que saque las cintas a la luz. Pero no saldrán. Rajoy no podría presentarse a ningún cargo político si el contenido de la cinta se conoce.

P. ¿Suele tener problemas de este tipo cuando negocia?

R. Cuando negocio no tengo ningún problema nunca. Pero en aquella ocasión no quisieron negociar. Cuando quieren negociar no hay ningún problema. De hecho, después de aquel lío hemos llegado a acuerdos en financiación sanitaria, financiación autonómica y ahora hemos cerrado una conciliación con la Secretaría de Estado de Hacienda, en donde se reconoce que nos deben dinero.

P. ¿Qué otras cosas no olvida?

R. Cuando el señor Arenas dijo que le debíamos no sé cuantos miles de millones de pesetas a la Seguridad Social y que habíamos puesto en peligro las pensiones. Hicimos las cuentas y el sucesor de Arenas en el ministerio de Trabajo, Manuel Pimentel, recogió en un documento que no solamente no le debíamos dinero, sino que nos debían ellos a nosotros.

P. ¿Son importantes estas cosas?

R. Muy importantes, porque dan una imagen falsa de Andalucía: la Andalucía que no cumple la palabra, la Andalucía que se endeuda, la Andalucía que es frívola, cuando realmente era todo lo contrario: habíamos cumplido y encima demostramos que era así.