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LO MÁS ÚTIL | EL VIAJERO HABITUAL

El euro, los viajes y las tarjetas de crédito

Isidoro Merino

La entrada en 2002 en Europa estará marcada por el euro, aunque las fechas de transición no son iguales en los 12 países que adoptarán la nueva moneda. En Alemania, el marco dejará de ser la moneda oficial la medianoche del 31 de diciembre; el 28 de enero es la fecha tope para el florín holandés; el 9 de febrero desaparecerá la libra irlandesa, y el 17 de febrero, el franco francés. En el resto de los países de la eurozona, entre ellos España, el periodo de doble circulación se prolongará hasta el 1 de marzo.

Dos meses en los que el dinero plástico, en forma de tarjetas de crédito (pago aplazado), de débito (cargo automático) o de tarjetas monedero (con pequeñas sumas recargables), facilitará las cosas: al cargar el importe exacto en euros se evita tener que utilizar dos monedas diferentes y calcular las vueltas en euros. Las ventajas son aún más claras en los viajes: pagar un circuito organizado o un billete de avión, tren o autocar con tarjeta de crédito supone hacerse con un seguro de accidentes y de asistencia, con prestaciones que varían según la modalidad de tarjeta y la entidad financiera (banco, caja de ahorros...) emisora de la misma. En España hay cerca de 15 millones de titulares de tarjetas de más de 20 modalidades diferentes, entre las bancarias, como Visa o Mastercard, y las T&E (Travel & Entertainment), a las que pertenecen American Express y Diners Club; de cada una de ellas existen al menos tres versiones: clásica, oro y platino. Un surtido que se amplía con las tarjetas de marca compartida, en las modalidades Co-Brand (acuerdo entre la entidad financiera y un socio comercial con ánimo de lucro, como la Visa Repsol de La Caixa), y Affinity (emitidas por una entidad financiera para un club o asociación, y sin ánimo de lucro, como la tarjeta Visa Classic Cruz Roja, de BBVA). Algunas tarjetas, como Visa Classic Spanair o Visa Classic Iberia, participan en los programas de fidelización de las compañías aéreas, lo que supone que, cada vez que se paga con ellas, se van sumando puntos o millas canjeables por billetes de avión.

A la hora de decidirse por una u otra, conviene informarse del importe de la cuota, el límite de crédito, el tipo de interés por pago aplazado, si el seguro de accidentes se aplica sólo al titular o si se extiende a los familiares, si tiene un límite de responsbilidad en caso de uso fraudulento por pérdida o robo... Otro aspecto a tener en cuenta es la cantidad de veces que se va a utilizar.

Como regla general, cuanto más cara es una tarjeta, mayor es su límite de crédito y la cobertura de su póliza. Visa Classic, la más popular y extendida en España (7,8 millones de titulares en 2000), tiene una cuota de 15 euros (2.500 pesetas anuales; el primer año es gratuita) y contempla un seguro de accidentes de hasta 300.506 euros (50 millones de pesetas), una póliza que se amplía hasta 1,2 millones de euros (200 millones de pesetas) en su versión platino. Aunque más cara que Visa, 60 euros (9.983 pesetas) de cuota anual en su modalidad más simple, American Express es una de las que ofrecen más prestaciones a los viajeros: además de varios seguros - de overbooking, de accidentes (450.000 euros, unos 75 millones de pesetas)...-, sus titulares disfrutan de ofertas en hoteles, vuelos y viajes organizados. Un ejemplo: avión y dos noches en un hotel de tres estrellas de Londres, por sólo 276,50 euros (46.300 pesetas).

El boom de Internet ha propiciado la aparición de una nueva modalidad de dinero plástico: las tarjetas virtuales, como la Virtual Cash de Banesto, o la del BBVA, que han sido diseñadas para realizar pagos a través de Internet. Como las tarjetas monedero, antes han de cargarse con una suma en cajeros automáticos o en oficinas bancarias, y los cargos no pueden nunca sobrepasar el saldo de la tarjeta, lo que sirve de garantía contra fraudes informáticos.

- www.mistarjetas.com

- www.visa.es

- www.americanexpress.es

- www.mastercard.com

- www.dinersclubespanol.es.

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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