Veinte años y un colegio de Usera
Soy vecina del distrito de Usera (Madrid), en concreto del barrio Zofio. Nací como mi marido en Usera. Vivimos desde siempre aquí, donde también han nacido nuestros seis hijos; poco trashumantes... vaya.
Pero de lo que quiero hablar no es de mis hijos... sino de su colegio.
Hace casi veinte años empezó sus estudios de primaria mi hija mayor (que este año se licencia en Historia), en el colegio público Pradolongo, recién construido por aquel entonces.
Y este mismo año mi hija menor cursa cuarto de primaria, a falta sólo de dos años para ir al instituto.
Entremedias, mis otros cuatro hijos varones han estudiado también en el mismo colegio. Es decir, desde hace 20 años soy madre de alumnos del CP Pradolongo. Al construir nuestro colegio se olvidaron de presupuestar un gimnasio. También carece de un salón de actos donde celebrar 'algo'.
Así pues, para que nuestros hijos hagan algunas actividades tienen que desplazarse, al igual que padres y profesores nos desplazamos para poder celebrar las fiestas, la semana cultural, etcétera.
He conocido a cuatro directores del colegio, y me consta que los cuatro reclamaron por activa y por pasiva la construcción de un gimnasio.
He sido socia de la Asociación de Padres de Alumnos casi desde su creación, desde donde sus respectivos representantes de todos estos años han ido reclamando sin descanso lo mismo.
He conocido varios concejales de distrito que han venido al colegio a recoger nuestra reivindicación año tras año, los sucesivos organismos, ministerio, Comunidad, Ayuntamiento... Han recibido nuestra queja... pero, ¡nada!
Veinte años... para nada.
Hoy he releído una carta que mi hija mayor escribió en un tenderete de Juvenalia hace 15 años a Felipe González. Nos quedamos de piedra cuando la niña recibió respuesta del mismísimo presidente de Gobierno, pero por lo visto tampoco bastaba su apoyo.
No sabemos ya cómo pedirlo. Dentro de dos años mi hija dejará el colegio.
En total me voy a tirar 22 años solicitando un gimnasio para alguno de mis seis hijos, que se tendrán que ir de este barrio para que mis nietos se alejen de la maldición y vayan a un colegio con gimnasio.
Ahora todos esos políticos que han hecho posible que sigamos sin gimnasio quieren que la comunidad internacional declare a la ciudad de Madrid como sede olímpica.En estos 20 años conozco ya miles de alumnos y padres que han pasado por el CP Pradolongo pidiendo algo que en justicia les corresponde; en nombre de ellos, que se metan las olimpiadas por los respectivos aros.-
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