Radyábov y los árbitros

El árbitro de un Campeonato del Mundo siempre ha sido más importante de lo que parece a primera vista. Pero ahora lo es más, con los duelos a sólo dos partidas, como las que se jugaron recientemente en Moscú. La eliminación del azerí Teimur Radyábov, de 14 años, en la primera ronda ha provocado una aguda polémica porque los hechos investigados demuestran que los jueces cometieron varios errores.

Tras empatar las dos partidas lentas, así como las dos de la primera tanda del desempate, Radyábov y el estonio Jaan Ehlvest, comenzaron la segunda: dos partidas con cinco minutos para cada uno, más diez segundos adicionales tras cada movimiento que el reloj debía añadir automáticamente. Pero el árbitro encargado de esa mesa programó mal el reloj, y después, durante la primera de esas dos partidas, no se dio cuenta de que el mecanismo no añadía los diez segundos reglamentarios en cada jugada. Dos errores consecutivos.

Radyábov logró una posición ventajosa y un fuerte ataque sobre el rey de Ehlvest. Pero entonces se llevó una gran sorpresa: "De pronto, miré el reloj y sólo me quedaban quince segundos. Hice varias jugadas con rapidez para acumular tiempo, pero poco después, ante mi sorpresa, sólo me quedaban dos segundos. Reaccioné jugando a toda velocidad, pero perdí por tiempo", cuenta el azerí en su escrito de reclamación.

Varios testigos aseguraron que el reloj no había funcionado correctamente. Radyábov se quejó y pidió que se repitiese la partida al árbitro jefe, Yuri Áverbaj. Éste, abrumado por la estrechez del tiempo disponible para terminar con los desempates en los salones del Kremlin, tomó una decisión contraria al sentido común: ordenó que Radyábov y Ehlvest disputasen la siguiente partida, sin saber cuál había sido el resultado de la anterior, o si había que repetirla. El nuevo asalto terminó en tablas. Los árbitros, tras reunirse durante hora y media, declararon vencedor a Ehlvest.

Radyábov asegura que Áverbaj, una institución del ajedrez soviético cuyas partidas y libros técnicos estudió Radyábov en su niñez, le dijo entonces: "Tu gran error fue aceptar la disputa de la sexta partida sin saber el resultado de la quinta", a pesar de que fue el propio Áverbaj quien le ordenó que lo hiciera. Y el azerí concluye: "El reglamento del Mundial indica claramente que la segunda tanda del desempate consta de dos partidas de cinco minutos con diez segundos de incremento por jugada. El desempate entre Ehlvest y yo no se jugó así".