CAMPO DE GOLF Y ESPACIO PROTEGIDO
El as mundial del golf Severiano Ballesteros acaba de ver hecho realidad, entre Comillas y San Vicente de la Barquera, el último de sus sueños: la presentación de un soberbio campo de golf de 19 agujeros, diseñado por él, en uno de los más bellos paisajes del norte, con los Picos de Europa en la lejanía y la inmediata cortina del mar Cantábrico. Los promotores, al parecer con predominio de capital cántabro y navarro, han tardado casi 20 años en reunir las parcelas necesarias para juntar 72 hectáreas. Mil cuatrocientos millones se han invertido en las obras. El presidente del Gobierno cántabro, José J. Martínez Sieso, se encargó, con bastante buen estilo, del simbólico saque de honor ante algunos alcaldes, jugadores y socios de la sociedad promotora Mayorazgo Santa Marina. Quienes faltaron a la ceremonia fueron los ecologistas qie integran un implacable comando, ARCA, en defensa de los recursos naturales de Cantabria. Pero sí se han dejado oír. Después de presentar un recurso contra la aprobación del proyecto de urbanización del plan parcial para construir el campo, invitaron al presidente a definirse, caso de asistir a la apertura, sobre qué responsabilidades políticas estaría dispuesto a asumir si la urbanización proyectada (además del campo, 350 chalés y un hotel de lujo) es rechazada por los tribunales. Martínez Sieso le respondió que no deben ponerse pegas a aquello que se promueve en Cantabria. El golf Santa Marina, cuyas magnitudes se asemejan a los existentes en el sur de la Península, se introduce parcialmente en el espacio natural y protegido de Oyambre, en medio de asombrosos alardes de la geología, la fauna y los bosques autóctonos.-
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