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COYUNTURA INTERNACIONAL

Malos tiempos para Latinoamérica

Cierra 2001 con su tercera crisis económica en siete años, según la CEPAL

El adverso entorno internacional y la caída de la demanda en los países desarrollados de los productos de América Latina ha desatado una crisis en la región, la tercera en menos de una década, que se traducirá en una exigua expansión de 0,5% del producto interno bruto (PIB) este año, según señala el balance anual de la CEPAL, y en unas perspectivas de crecimiento del 1,1% para 2002.

México, Centroamérica y los países del Caribe, que recibieron el golpe de la recesión de Estados Unidos, se expandirán este año menos de la mitad del crecimiento que lograron en 2000, incluyendo a Cuba, que ha sufrido una desaceleración por la mala evolución del sector azucarero y la caída de sus ingresos en divisas. En América del Sur, la recuperación iniciada el año pasado se truncó y, salvo los casos de Ecuador y Paraguay, cuyo producto se expandió el 2001, en todos los demás países se aminoró el ritmo de crecimiento.

Las tres mayores economías de la región experimentaron caídas del PIB. Argentina tuvo la mayor de la región, un -3,8%, con lo que completó tres años consecutivos de recesión. El informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe sintetiza su dramática situación en 2001: aumento del desempleo, deflación, reducción de los salarios y de los depósitos, cese de la financiación externa privada, mayores tasas de interés y mayor déficit público, desplome de las cotizaciones de la deuda pública y, desde este mes, topes al retiro de dinero de los bancos y a la salida de capitales. En el lado positivo, el informe sólo anota el aumento del superávit comercial.

Tampoco México tuvo un buen año, con una caída del PIB del 0,1%, y Brasil redujo su crecimiento desde el 4,5% de 2000 a sólo un 1,7%. Otros países de la región registraron una expansión, pero muy moderada e inferior a la del año pasado: Chile, Cuba, Jamaica y República Dominicana (3%) y Venezuela (2,8%). Entretanto, el PIB latinoamericano por habitante cayó un 1%.

A diferencia de las crisis de los últimos diez años, en esta ocasión el efecto ha sido más generalizado y ha afectado a toda la región. Su principal canal de transmisión ha sido el comercio. Durante 2001 han caído tanto las exportaciones como las importaciones, una conjunción no observada en América Latina desde la crisis de la deuda externa en 1982. Sólo el comercio intrarregional permitió mitigar en alguna medida la situación, pero no en el Mercosur, cuyo intercambio se contrajo en un 10%.

Menor inversión externa

También ha bajado el ingreso de capitales a la región, al situarse este año en 33.000 millones de dólares, frente a los 67.000 millones de dólares que entraron en 2000. Argentina, Brasil y Ecuador -estos dos últimos, en menor grado- han experimentado restricciones más severas de acceso al capital externo, aunque recibieron capitales compensatorios de los organismos financieros multilaterales en montos sin precedentes.

La inversión extranjera bajó por segundo año consecutivo, de 64.800 millones de dólares a 58.300 millones.

La deuda externa se redujo levemente, desde 740.000 millones de dólares en 2000 a 726.000 millones de dólares en 2001. Entre los países con mayor nivel de endeudamiento externo, Bolivia, Brasil y Perú siguen registrando una proporción de deuda respecto de las exportaciones en torno al 350%, mientras en Argentina bajó a un 450% (desde un promedio de 500% en el bienio 1999-2000) y en Nicaragua se mantuvo en 700%. Un buen registro alcanzó la inflación al disminuir por octavo año seguido y llegar al 7% en 2001. Si bien el desempleo se mantuvo en la misma elevada tasa del año pasado (8,4%), sin subir pese a la crisis, en parte esto se explica porque se redujo la oferta laboral.

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